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De nuevo Emdupar

Emdupar, desde sus inicios en 1994, se convirtió en la empresa orgullo de los valduparenses, lamentablemente desde entonces ha sido dirigida con base en un modelo gerencial irresponsable e incapacitado en la labor de prever los efectos incesantes del transcurrir del tiempo ni otros aspectos de carácter ambiental y el crecimiento poblacional.

Las deficiencias en visión y planificación en Emdupar son consecuencia de la inoperancia gerencial y de las administraciones de turno municipal, la incapacidad en el diseño de estrategias para adelantar el proceso de remodelación de la planta de acuerdo con las expectativas y proyecciones de crecimiento urbano y poblacional de la ciudad, son equivalentes a las que describen la orfandad administrativa de Valledupar.

En cuanto al cuidado y usufructo del río Guatapurí, es menester indagar con Corpocesar sobre lo establecido en los artículos 42 (Tasas Retributivas y Compensatorias) y 43 (Tasas por Utilización de Aguas) de La Ley 99 de 1993, en especial, por la afectación ambiental en el entorno del afluente y el constante anuncio de turbiedad del agua que realiza Emdupar.

En los últimos días la ciudad retrocedió 50 años por el corte del servicio de agua, el preciado líquido estuvo ausente en varios barrios como si la planta procesadora no existiera, los reclamos contra Emdupar recobraron vigencia, el malestar ciudadano es válido, ciertamente de los bolsillos de los contribuyentes sale el billete que responde para fenecer el empréstito de 36 mil millones solicitado por el exalcalde Luis Fabián Fernández.

La inversión del millonario recurso no ha servido para resolver el problema de la prestación del servicio del agua en Valledupar, no hay otra lectura pese a la mediación de los efectos ambientales y el deterioro que soporta las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta que finalmente se refleja en la calidad del agua que llega a la planta. Esta situación no es fortuita, seguramente seguirá ocurriendo, sin duda, constituye una herencia para el mandatario que reemplace a Fredy Socarras y seguirá generacionalmente sino es atendida con diligencia, talante gerencial, robustecimiento tecnológico y sentido de pertenencia: señores precandidatos a la alcaldía, el periodo de diagnóstico ya tuvo su tiempo.

No insistan en Los Besotes, mejor modernicen la infraestructura y no soslayen tres aspectos puntuales: Uso del suelo, concesiones y el programa el uso racional del agua; tampoco obvien que a lo largo de la cuenca del río la actividad agropecuaria progresivamente viene causando deforestación y desertificación favoreciendo la desecación.

Tengan en cuenta la información sobre el número de habitantes de la ciudad, la proyección de crecimiento para los próximos cincuenta años, número actual y real de usuarios, pago puntual del servicio, cartera existente, necesidades en infraestructura, red de tuberías, consumo per cápita, actividades de conciencia ciudadana y el control del desperdicio de agua, con estos indicadores es posible diseñar un plan orientado hacia la prestación del servicio con calidad y autosostenible.

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