Un nuevo foco de aftosa, segundo en menos de un mes en el departamento del Cesar, tiene en jaque al sector ganadero del Cesar y del territorio nacional porque esta situación aleja la posibilidad de que se recupere el estatus de país libre de aftosa.
Es lamentable que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, como entidad responsable de establecer las medidas sanitarias para prevenir, controlar y erradicar las enfermedades que puedan afectar la ganadería nacional, se está quedando corta en su accionar, no haya sido efectivo y hoy vuelva a sacudirse este sector de la producción por cuenta de un virus que se ha vuelto incontrolable para las autoridades.
El nuevo foco positivo de fiebre aftosa en un predio de Valledupar, cercano al detectado el pasado 11 de octubre en el municipio de San Diego, demuestra que esta zona de frontera con Venezuela está a merced de los contrabandistas de ganado, no hay controles que valgan y los animales infectados están llegando a los hatos de la región.
Se decretó la cuarenta en la capital del Cesar, con los cual se prohíbe la movilización desde y hacia el municipio. La medida se suma a la que todavía está vigente para San Diego, Codazzi y La Paz, los principales productores ganaderos del departamento. El hecho de que no se puedan sacar las carnes ni animales en pie afecta el bolsillo de ganaderos, jornaleros, mataderos, comerciantes y consumidores.
En editoriales anteriores hicimos un llamado a la calma, hoy hacemos un llamado a la sensatez de todos los involucrados en el asunto, porque la situación genera graves daños a la economía local. La resolución del ICA además de la cuarenta establece estricta vigilancia de la planta de beneficio animal autorizada por el Invima, en el municipio de Valledupar, Coolesar; son 220 reses que dejarán de sacrificarse diariamente en la ciudad, tiempo en el que solo podrá entrar carne de plantas de beneficio animal de otras ciudades.
A la aftosa se le ha subestimado, las medidas de contención no han sido suficientes ante un virus que se dispersa a través de bovinos, bufalinos, ovinos, caprinos y porcinos, entre otros.
Nuestra región que además de vender los productos lácteos, también los consume, por lo que tendrá otro gran problema porque la cuarentena prohíbe la salida de leche cruda del municipio, excepto la que va hacia los centros de acopio de afuera del municipio con destino a las pasteurizadoras. Tampoco podrán salir de la zona las cuajadas, quesos y sueros; la cuarentena se sentirá en los mesa de los cesarenses.
En este asunto hay que coger el toro por los cachos y primero deben tomarse medidas que en realidad ayuden a la contención del virus, para posteriormente, una vez superada la emergencia, se puedan endilgar responsabilidades porque ya es de público conocimiento los procedimientos irregulares de algunos funcionarios del ICA con las guías de movilización y demás controles sanitarios