Se acaba de lanzar el libro “Guerras Recicladas: una historia periodística del paramilitarismo en Colombia”, de María Teresa Ronderos.
Este es un esfuerzo honesto y valiente por establecer verdades, ficciones y engaños de la forma como ha sido presentada la violencia económica, social y política del paramilitarismo en algunas de las regiones más flageladas. Con la autoridad y el apoyo del equipo Verdad Abierta, el portal más completo y sistemático en el país sobre estos temas, describe el origen y las motivaciones de la última ola paramilitar, su afianzamiento y posterior desmovilización pactada con el gobierno del Presidente Uribe.
Destapa hechos ocultos y aclara situaciones desconocidas, no con el ánimo lacerante ni tampoco de juzgar buenos y malos sino de establecer las duras realidades que no nos dejan vivir en paz. Es una historia diferente contada “desde adentro”, en la que los protagonistas, en un contexto local, son los victimarios al igual que las víctimas. Son narraciones crudas y dolorosas que no dejan de causar asombro, aun para quienes creían que lo habían visto y conocido todo.
La falta de límites morales y la inclinación al delito de las élites locales aliadas con los paramilitares desvirtúan las intenciones justicieras de quienes en algún momento se creyeron “los salvadores del país”. Se evidencia la codicia y el deseo de ganancia fácil como los principales motores del despojo de tierras y del campesinado colombiano.
Pero en medio de tanto dolor y crisis de valores aparecen los resistentes, figuras extraordinarias despreciadas que no contaron con protección y garantía para sí y para sus justas luchas: la hermana Yolanda Cerón que junto con sus Afros pedían la tierra del Pacífico que les correspondía por ley, Guzmán Quintero, periodista y maestro de reporteros del diario El Pilón de Valledupar, una de las voces que desafió la guerra, Luis Fernando Rincón, el alcalde de Aguachica quien organizó la primera consulta popular por la paz y dos fiscales probos y valerosos que se atrevieron a investigar el paramilitarismo en Cúcuta. Todos fueron asesinados cumpliendo su misión y Ronderos les rinde un justo homenaje contando sus historias.
Ellos son parte de los miles de colombianos que han sacado valor y han tenido la gracia de defender las víctimas y de ofrecer sus vidas por la humanidad, aquí radica la esperanza del libro.
Un país mayoritariamente cristiano al que, en algún momento de su vida, le enseñaron a perdonar y también a pedir perdón, lo cual contempla el propósito de enmienda, es decir, la no repetición del mal que se ha hecho. Esta es la única manera de romper la cadena de barbarie de quienes tienen metidos en la guerra a los colombianos.