No es posible soslayar las irregularidades, la ley es para cumplirla, es un principio universal que en Colombia generalmente cojea. Lo acaecido en Bogotá, con Gustavo Petro, simplifica el cumplimiento de la Ley, sin embargo, es preciso resaltar que todo el proceso estuvo motivado por factores políticos; 15 años de inhabilidad es temerario.
Esta parte de nuestra historia presente se asemeja a la vivida por el caudillo Liberal Jorge Eliecer Gaitán, quien luego de ocupar diversos cargos públicos, también fue destituido de la alcaldía de Bogotá, en su corto periodo entre 1936 y 1937, durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, su salida ha sido una de las más controversiales y recordadas en la capital. También comparten similitudes por su actuar gallardo; Gaitán, denunció la masacre de las bananeras y Petro puso de presente el andamiaje del Paramilitarismo y el Cartel de la Contratación.
En su breve paso por la Alcaldía de Bogotá, Gaitán, impulsó: las labores de embellecimiento, cultura y educación, conciertos gratuitos, la primera Feria del Libro el 10 de octubre de 1936, creación de bibliotecas móviles, la semana de los niños, películas y conferencias gratuitas, el día de los deportes, pensado para estimular la educación física, sin embargo, estas medidas resultaron intrusivas y de tendencias fascistas.
Petro por su parte: subsidios al consumo mínimo de agua para los estratos bajos, bajó la tarifa de Transmilenio de $1.700 a $1.400 en horas valle, estableció el pico y placa con restricción para el 50%, en vez del 40% del parque automotor, adelantó las obras de Transmilenio por la calle 26, después del desfalco de Samuel Moreno, redujo la tasa de homicidios en más del 20%, y el costo del servicio de recolección de basuras, promovió la cultura de reciclaje y defendió los derechos de la comunidad LGTBI. Pero no todo es similitud, Gaitán fue desaparecido físicamente y Petro enviado al ostracismo de la actividad política, no obstante, prácticamente lo mismo.
Comprender la visión de la política colombiana es complejo por la promiscuidad ideológica y programática, encubar estrategias sociales en favor de un pueblo pobre y desigual como el nuestro es relacionado con el Castro Chavismo y trabajar por el fin del conflicto es de comunistas,pero para apaciguar el fin al periodo de violencia comprendido entre 1948 y 1958, acertado fue el pacto bipartidista del Frente Nacional, irónico, por ello, es absurdo polarizar al país entre la Derecha y la Izquierda y paradójico no situarse en la objetividad y la coherencia. En las vidas políticas de Gaitán y Petro, coinciden muchos capítulos de la aciaga historia del país, lucharon con decencia por la sociedad ideal y humana, pero sucumbieron ante ladoble moral que atomiza y sincroniza al país con su pasado y con su presente.