Cada pueblo merece su suerte. Valledupar y los otros veinticuatro municipios del Cesar, en especial los mineros, parece que aplican al pie de la letra este dicho, al tener en su historia casos de corrupción sistemáticos que son protagonizados por los malos gobernantes que eligen. Hoy se celebra el Día Internacional de la Lucha contra la Corrupción y nadie ha dicho nada. Por lo menos en la capital cesarense ha pasado desapercibida esta fecha y no se conoció ninguna iniciativa que convocara a la ciudadanía a expresarse en contra de este fenómeno que acaba con las sociedades.
A nivel nacional Transparencia por Colombia, un capitulo de Transparencia Internacional, ha hecho una convocatoria para marchar en la capital del país bajo el lema ‘saquemos volando a la corrupción’. Sin embargo, en la región nada se ha programado, seguramente, con la excusa de que es una fecha que se cruza con la primera fiesta del mes de diciembre. Pero cuando se quiere, se puede.
Según Transparencia por Colombia la corrupción se define como el “abuso de posiciones de poder o de confianza, para beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar, entregar o recibir, bienes en dinero o en especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones, decisiones u omisiones”. La ciudadanía vallenata y cesarense tiene clara esta definición e intenta con pañitos de agua tibia, llamar la atención de las autoridades para frenar las malas prácticas administrativas que dilapidan el presente y el futuro de toda una región. De hecho han existido iniciativas que son flor de un día, debido al poco interés de la misma sociedad civil, como la ‘Marcha de los antifaces’ que se convocó en Valledupar el 21 de agosto de 2011, haciendo eco de una propuesta nacional. Como se recordará esta idea nació como una inquietud de la sociedad civil y se impulsó a través de las redes sociales y avanzó con gran simpatía y de manera espontánea por todo el país. Pero a la hora de marchar, por lo menos en Valledupar, fueron pocos los ciudadanos que hicieron presencia, ratificando el desinterés.
Después de esa fecha no se dijo más nada y sólo hasta el mes de octubre de este año, las organizaciones de la sociedad civil, organismos de control, funcionarios del gobierno local y departamental y organizaciones comunitarias de Valledupar, fueron convocados para participar en la Mesa Territorial para construir y diagnosticar los mapas de riesgo de corrupción en el país, un evento organizado por la Secretaría de Transparencia de la Presidencia de la República, la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que infortunadamente tampoco contó con la participación masiva de los convocados.
Esta situación la reconfirma los datos arrojados por el Índice de Percepción de Corrupción 2012, de Transparencia Internacional, que concluyó que Colombia debe mostrar mayores resultados concretos contra la corrupción, donde nuestro país es el quinto más corrupto de Suramérica, mientras ocupa el puesto 94 en el ranking global. Colombia es un país corrupto, pero puede cambiar su suerte si cada ciudadano pone su granito de arena y deja atrás la indiferencia y usa las herramientas que otorga la Constitución Nacional. Si se puede.