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De diluvios y sequías

Ya se acerca la redención del proceso administrativo actual, ya se avecina un nuevo año político en el que tendremos que escoger alcaldes y gobernadores.


Esto debe tener una significación especial para el caso de estos señores, los elegidos, quienes tendrán que interactuar con el presidente electo y a quienes nos debemos, para saber qué tanto podemos avanzar en lo económico y en lo social.

Entendiendo estos dos elementos como el cubrelecho que cobija absolutamente  todos los procesos de los cuales dependemos y que nos gustaría  se suplieran de manera especial.


Pero mientras llega el mesías, nos toca hacer un balance de las sequías y de los diluvios que nos ha tocado sortear desde  la administración local y departamental. Sequías en la fuente del trabajo, ‘no hay vacantes’ el índice de desempleo es alto, en los jóvenes por falta de experiencia  y en los mayores por viejos.

El departamento del Cesar con el 63.1% de informalidad y su capital Valledupar, con el 16.5% de desempleo, según el DANE; ocupan deshonrosos puestos a nivel nacional en las estadísticas que nos muestran procesos de gestión, de eso pocón, pocón.

Nuestra economía es meramente informal, debemos echarnos una rodadita por la Cámara de Comercio para charlar con José Luis Urón sobre el tema. Sequía de empleos y diluvios de informalidad. Hay diluvios de huecos en las calles  de Valledupar; es imposible transitar por cualquier sector de la ciudad. Las calles y avenidas son un desastre; hay seguías  de proyectos para organizar esto.


El alcalde Mello Castro y el gobernador enjaulado, perdón encargado, andan en un diluvio de autoelogios por los XIX Juegos Bolivarianos, pero se les olvida la sequía que atraviesa Valledupar y el Cesar en los sectores de salud, educación, cultura, empleo, carestía general, abusos a la comunidad, inseguridad, violencia y etc. etc.


Los proyectos de OCAD Paz se secaron, “4,5 billones en proyectos para 2021 – 2022 en regalías” mientras en los bolsillos de los funcionarios corruptos de planeación, de la contraloría y congresistas del partido conservador hay diluvios de billetes. 

Más de 550.000 millones de pesos, en coimas que alcanzaron el 12% de los recursos, que permitieron hacer casas al mejor estilo Hollywood y casarse con fiestas ‘humildemente’ suntuosas.

Perversos funcionarios, algunos tristemente vallenatos que han visto su tránsito por espacios laborales del orden oficial y por elección popular, para disfrutar del diluvio de plata que engorda sus bolsillos y deja en sequía las arcas del estado. 


Pero bueno, ya llega la época en la que nosotros, los que escogemos, vuelve un diluvio de TLC; los importantes, los que sabemos y elegimos bien, nos toca hacer la tarea. Amanecerá y veremos dijo el ciego, la penumbra persiste pero somos optimistas y seguimos creyendo.

Antes que se me olvide, señor alcalde Mello Castro, hay un diluvio leve, mejor dicho una breve llovizna  en viviendas de interés  social; recuerde la sequía que padecen los artistas de Valledupar; la Villa Olímpica puede servir  para mitigar esta sed de vivienda que se padece hace tantos años.


Unos recursos que destine para los más necesitados artistas sería como un oasis en el desierto; un bálsamo que mitigará esta gran sequía. En sus manos está. Sólo Eso. 

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Eduardo Santos Ortega Vergara: