Una de las causas por las cuales, en mi opinión, la gente lee pocos libros de economía es el problema del lenguaje técnico, la jerga utilizada por estos, que los ha convertido en una especie de logia que solo se comunica a su interior y que, muy pocas veces, logra comunicar lo que hace al resto de la gente. Guillermo Perry Rubio, economista liberal y progresista, que falleció hace pocas semanas, había publicado días antes un libro testimonial: “Decidí contarlo”, en el cual, en un lenguaje sencillo, contó su visión, muy personal, de la historia política y económica de nuestro país en los últimos cincuenta años. Fue resultado de una entrevista con la economista Isabel López G.
Eso es lo primero que creo que hay que decir del libro de Perry R., que logra tratar temas económicos complejos y técnicos, en un lenguaje sencillo y ameno. Una segunda cualidad del libro es que sirve para conocer cómo ha sido en nuestro país la controversia entre políticos y economistas. Los primeros pensando que las decisiones públicas solo deben tener en cuenta sus intereses y la popularidad de los gobiernos, y los segundos tratando de optimizar los pocos recursos de un país como Colombia.
El texto de Perry arranca en el gobierno de Carlos Lleras, político, abogado y economista liberal, bajo cuyo gobierno se creó el departamento del Cesar, quien fue de los primeros en promover una planeación económica en nuestro país. Lleras R., para quienes no lo recuerdan, fue de los primeros gobernantes en América Latina en oponerse, con argumentos, a las recetas del Fondo Monetario Internacional, que a mediado de los sesenta recomendaba una masiva devaluación para nuestro país, lo que había originado serios problemas de inflación. Pues no, Lleras adoptó el camino de las devaluaciones gota a gota, y logró sacar adelante sus políticas económicas en una coyuntura adversa.
Perry Rubio explica, insisto, su visión de esa evolución de nuestro país en medio siglo. Elogia a algunos políticos y economistas; critica a otros, pero, lo más importante, explica su gestión como senador de la República por el Poder Popular, movimiento de Samper en el Partido Liberal, su labor como director de Impuestos, Constituyente en 1991, como ministro de Minas y Energía, como ministro de Hacienda, y su como docente universitario, y comentarista de estos temas en la prensa y su trabajo en centros de estudio como Fedesarrollo.
Explica como, por razones éticas y morales, decide renunciar al Min-hacienda, en el gobierno de Samper, su amigo y compañero de lucha política, amistad que nunca más se volvió a componer. Vale la pena leer, estudiar y analizar el libro de Perry, para conocer parte de nuestra historia económica y política; identificar en qué hemos avanzado y reconocer lo mucho, pero mucho, que nos falta por construir un país más competitivo, incluyente, progresista y con futuro. En una próxima ocasión, ampliaré estos comentarios sobre el libro “Decidí contarlo”.