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De cara al río Guatapurí

Ciudades como Montería en la Costa Atlántica y Medellín en el interior del país, lograron desarrollarse de cara a sus ríos (Sinú y Medellín, respectivamente). Tienen una cara diferente, más amable, y lo mejor, cuidando su tesoro: el agua.

Valledupar hace rato ha hecho intentos fallidos por cuidar más al río Guatapurí, símbolo de la cultura vallenata, que ha inspirado a compositores, que ha recibido miles de turistas que cada año llegan atraídos por sus frías aguas, y sitio preferido de los habitantes de la capital del Cesar para recrearse.

De buenas intenciones ha estado rodeado el Guatapurí. El parque lineal tuvo inconvenientes por culpa del hombre y por culpa de la naturaleza que arrasó con parte de lo construido. Hoy se ve más recuperado y se conoce que hay varios grupos de ciudadanos preocupados por él, que proponen ideas y hacen algo por él.

Por eso se recibe con beneplácito la propuesta del nuevo alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez, que busca darle la cara al río Guatapurí para generar no solo el cuidado con la riqueza natural, sino para lograr que los vallenatos cambien de actitud frente al único sitio que históricamente les ha servido para divertirse y recrearse.

Anoche hizo en el río una puesta en escena, suntuosa para algunos, para ratificar ese mensaje, aprovechando que ahí hacía la socialización con la comunidad de su Plan de Desarrollo, el cual debe ser participativo, incluyente y coherente con la realidad de la ciudad.

El río Guatapurí es más que el balneario Hurtado. El río son 85 kilómetros, integrados por una cuenca alta, media y baja, y a las tres por igual hay que prestarles atención. Si no cuidamos arriba, donde nace el afluente (Sierra Nevada), donde los estragos del cambio climático ya se notan, y en la mitad donde habitan las etnias indígenas y abajo donde llegan propios y visitantes, difícilmente se pueda pasar del dicho al hecho.

El río Guatapurí es la fuente de donde nos surtimos el agua y hoy su caudal se ve disminuido, tanto por los efectos del intenso verano como de las concesiones que lo acaban. Esos son los temas que deben prevalecer en el rescate del río. ¿Qué queremos rescatar? ¿Cómo lo vamos a cuidar? ¿Quién o quiénes tienen la responsabilidad de mantener este preciado tesoro?

Lo único que podemos responder es que es una tarea de todos, no solo del alcalde, porque si no se hace nada ahora, en un futuro el río Guatapurí solo sonará en las canciones vallenatas. Miremos al río.

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