Hace 20 años aproximadamente se vienen transmitiendo por televisión las sesiones del Congreso de la República, y cuando surgió la idea de emitirlas, se levantaron voces a favor y en contra, hoy lo vemos como algo normal, pues finalmente el Congreso de la República es el principal foro legislativo nacional; que haya ausentismo por parte de algunos congresistas, o que haya expresiones salidas de tono, o que uno que otro haga la siesta, con sonoros ronquidos, hace parte de la dinámica propia de ese órgano colegiado, y no por ello se dejará de transmitir dichas sesiones legislativas.
Pues bien, el pasado cinco de febrero fue transmitido por televisión el Consejo de Ministros del actual Gobierno, hecho que marca un antes y un después en la historia de este país, toda vez que en setenta años que tiene la televisión nacional, por vez primera se emite en vivo y en directo una sesión de este cuerpo colegiado, encargado, nada más y nada menos, que, de la planificación, direccionamiento y ejecución de las políticas públicas de nuestro país, que no obstante ser políticas públicas, reiteramos, paradójicamente se tratan a puerta cerrada, es decir, en conciliábulos, como si lo que allí se ventilaran fueran asuntos privados.
Hoy se escribe una página histórica de singular valor para la democracia colombiana, pues con las emisiones de los Consejos de Ministros, estaremos informados de primera mano, de cómo van los avances en la ofensiva militar de nuestras FF. AA. en la región del Catatumbo, cómo avanza el Ministerio de la Igualdad, cuáles han sido los logros de este Gobierno en materia ambiental, cómo marcha el recaudo nacional y cómo marcha el tema de la transición energética, entre otros. Temas todos ellos de gran sensibilidad para el país.
Así que, le damos nuestra buena hora a las transmisiones por televisión de los Consejos de Ministros, en el entendido que, los servidores públicos se deben al pueblo, y es al pueblo, más que al presidente, al que deben rendir cuentas de la gestión realizada por su cartera. Es el deber ser, si hablamos de una auténtica democracia.
La frase de cierre: “La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. Enrique Múgica Herzog (1932-2020), abogado español, fue ministro de Justicia y defensor del Pueblo.
Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com