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De adorno las cámaras de vigilancia

El lamentable ataque sicarial ocurrido el sábado anterior en el centro histórico de Valledupar, donde perdió la vida el deportista Pedro Reyes Arzuaga, hizo que recobrara vigencia la angustia de la ciudadanía por la tenebrosa inseguridad. 

Ocurrido el hecho del asesinato del señor Pedro Reyes Arzuaga, vía Twitter reclamé que hace mucho en la plaza Alfonso López y su entorno deberían estar instaladas el mejor sistema de cámaras de seguridad y conectado con el centro de despacho de la Policía. Así mismo, un CAI móvil, para cubrir el centro histórico, bancos y comercio. A esa zona es menester cuidarla y protegerla, para impulsar el turismo en la ciudad.  De inmediato ripostó Miguel Villazón Blay, diciendo: “hace mucho está el sistema de cámaras más completo en su momento en la costa, otra cosa es que no le hagan mantenimiento”. Tuvimos un momento de debate fraterno, entre mis objeciones dije: que estén sin mantenimiento o sin funcionar es como si no estuvieran. Esa situación es semejante a tener piernas, pero sin poder caminar. 

Cada vez que pongo de presente una situación anómala de la ciudad, es recurrente que me hagan invitaciones a participar en política, me han dicho “lánzate a la alcaldía” “no propones solo críticas”. Paradójico, en mis columnas, generalmente, hago propuestas. 

Con esta columna no trato de hacer un monólogo ni abusar de la primera persona, anhelo recordarles a las autoridades de Valledupar, que la inseguridad como en todas las ciudades del país nos tiene acorralados, por lo tanto, es obligación de ustedes revisar las acciones de la estrategia o política de seguridad ciudadana, porque evidentemente los delincuentes van un paso adelante.

Algunos hechos de ilegalidad son sumados a la inseguridad de las ciudades. La masacre ocurrida en Puerto Colombia, aunque califica como un hecho de inseguridad, los móviles apuntan a ajuste de cuentas entre actores del multicrimen. Así mismo, por ejemplo, Valledupar cerró 2022 con 149 homicidios, superando las estadísticas de 2021 que fueron de 98 muertes violentas. La gran mayoría de esas muertes corresponden a individuos con varias anotaciones judiciales. La ocurrencia de estos hechos tiene reflector en el alcalde y la policía, no obstante, no son suficientes las capacidades y recursos para abarcar todos los espacios de la ciudad. 

Que se produzca la combinación de las acciones del multicrimen y que la inseguridad esté descontrolada en las ciudades el país no exculpa a los alcaldes ni a la policía nacional. Al contrario, debe instarlos a entender el problema de la inseguridad desde la multicausalidad, con el fin de aunar esfuerzos en la implementación de las estrategias y el diseño de la planeación socioeconómica con criterio de focalización.  

Pertinente que el señor alcalde Mello Castro con el comandante de la policía vayan construyendo un informe detallado sobre la estrategia de seguridad, en aras de adelantar el empalme con el candidato que resulte elegido el 29 de octubre de la vigencia. 

La inseguridad es un problema serio, es irresponsable abordarla con discurso proselitista y populista, escupir para arriba podría caerle encima al próximo alcalde en el ejercicio de gobierno. Es prudente proponer la evolución hacia la tecnología de software de detección facial, particularmente, en zonas, barrios y lugares identificados como inseguros. La disponibilidad presupuestal es fundamental para que las cámaras siempre estén funcionando. Y como la creatividad es gratuita se puede plantear la suscripción de un convenio para organizar una red de cámaras de seguridad con los sectores bancario, universitario y comercial, con el fin de tener radios amplios vigilados y monitoreados por la policía para darle alcance a los actores de los tipos de ilegalidad e inseguridad.  No olviden que una ciudad segura es susceptible de progreso.

Por Luis Elquis Díaz.

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