X

¡Curiosamente nadie habla de política!

Ahora que las campañas electorales no permiten hablar de cosa distinta, solo de candidatos, reuniones, entrevistas, conversatorios, grupos, equipos, aliados, líderes, combos y demás denominaciones para los mismos fines, nadie habla de política. ¡Ni de políticas! De políticos sí, y bastante.

Pero de esa ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los Estados, o esa actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país, en su definición clásica, nadie dice nada.

Sin embargo, en cada esquina, rincón, plaza, tienda, estanco y camino, todos están hablando de política. O para ser más claros de politiquería, que es como la conocemos por tanto desprestigio de nuestros actores políticos, con pocas excepciones del caso.

Aquella materia de los inicios del derecho, historia de las ideas políticas, que nuestros viejos profesores explicaban, cada quien a su manera y de conveniencia con sus ideologías, hoy no se toca el tema. Muy pocos conocen el tratado de Aristóteles, sobre el caso donde afirma que el hombre es un animal social por excelencia. Y por necesidad urgente de sobrevivir, el hombre es un animal político. Luego Hobbes cambió la vaina, al decir que el hombre es un lobo para el hombre, entonces referenciamos para el caso del Cesar a un candidato con ese apellido.

Esos temas de filosofías, principios, liderazgos, ideas, es cosa del pasado. Todos queremos el cambio, pero votaremos por los mismos. Siempre encontramos las quejas que los nuestros pasan inadvertidos en el Congreso y a la mañana siguiente, es decir cuando llegan las elecciones, somos los primeros en gritar que el tipo es buena gente, es amigo, es mejor malo conocido que  bueno por conocer. 

Es lo que da la tierra me dijo un amigo con alto grado de resignación. Sabemos que no van a hacer gran cosa, pero es mejor nuestros malos repitentes que ensayar con los nuevos. Incluso recuerdan una frase que le achacan a Einstein: Si ella te dice que ya no hay química es porque está haciendo experimentos con otro tubo de ensayo.

En un país con más de 20 partidos políticos, qué diablos puede haber de diferencias. Ni para qué carajos hablar de derecha, izquierda, centro, centroizquierda, centro derecha, derecha radical, izquierda radical, nos acordamos del gran Édgar Perea al transmitir una escena de boxeo. 

Pero si miramos bien, ahora es una pelea de insultos, trapitos al aire, redes, chismes, leyes que aprobaron, presupuestos que gestionaron, llaves que abrieron puertas y compuestas, el amigo del Cesar, el Equipo Azul, los verdes, del Maís, los del otro equipo, que entre otras cosas, todos los grupos los tienen y con enorme capacidad de mando. Y ni como tocarlos, son ellos los que tocan!

Me dijo una de esas muchachitas que pegan afiches y usan camisetas con publicidad que ella está ahí por un amigo y necesita comprarse un celular, y nada le importa quién gane. Ni quién pierda. Soy del combo de Pepe porque ahí corre la hoja (billete), estoy aquí porque me ofrecieron una chambita en tal lugar; yo apoyo a un amigo para que me deje en el puestico que tengo, yo soy del equipo que siempre gana, nunca perdemos, nosotros ayudamos a un senador de afuera porque esa gente deja sus chavos efectivos y ya.

Así, hay cientos de respuestas. No tenemos educación política, la vemos como tramposa, marrullera, embustera, incumplida. Y pensar que los grandes pensadores políticos de la humanidad pensaron en la sociedad como medios de solución de problemas para un mejor bienestar y desarrollo, para vivir en armonía y en paz.

Será en otro chorro donde comentaré algo sobre un libro de moda y muy vendido, no sé si leído, ‘El arte de comer bien para estar bien’, del médico Jaramillo, bioquímico, experto en fisiología y certificado como médico funcional. 

Ante tantos desayunos, almuerzos, tamales y bebidas de nuestra actividad trimestral, es mejor conocer el libro, por si acaso después de elecciones encontramos qué comer. O como dicen la gente del otro equipo: ¡Comemos o nos comen! Eso se acabó.

Categories: Columnista
Tags: Política
Edgardo_Mendoza_Guerra: