Da grima ver como se despilfarran los recursos del estado, sin ton ni son. En Valledupar nos damos el lujo de abanderar estos proyectos costosos y de mala calidad, que muchas veces, por no decir siempre, quedan inconclusos y sin que nadie diga nada.
Una bendita ‘Casa en el aire’ que, en su primera etapa, su costo asciende a $9.295 millones, sin que haya quedado terminada y en funcionamiento; falta una segunda etapa, dicen los que saben, que deben invertirse más recursos por $12.000 millones y así poder terminarla. Amanecerá y veremos dijo el ciego.
Una plaza Alfonso López remodelada con pisos de ‘mármol’ con un costo de $9.870 millones de pesos, pésimos acabados.
El famoso plan centro donde se gastaron $21.803 millones para intervenir en su momento, 4.05 kilómetros de malla vial, 31.771 metros cuadrados de espacio público y 570 metros lineales de ciclo ruta.
Todo esto para embellecer la ciudad, es decir Valledupar estaba fea y el mármol la embelleció. Muy bien.
De verdad da tristeza que estos escenarios, me refiero a los proyectos, solo sirvan para dilapidar los recursos, campea la corrupción y los hechos no van más allá de señalamientos e inicios de investigación y los responsables, bien gracias.
Órdenes de capturas libradas, detención domiciliaria y después olvido total.
Y mientras tanto por los lados de la cultura, nuestros artistas piden y claman de manera especial se les tenga en cuenta para asignar unos pesos para un proyecto de vivienda en donde se vean favorecidos al menos, lo digo bien, al menos 200 artistas
Este pedido no tiene eco, y en vez de ello, se gastan $200 millones en un concurso amañado, una convocatoria cultural para dos obras de 100 millones cada una. ¿Una está ubicada en Patillal y la otra? Si alguien sabe por favor me informa.
Más de $500 millones que se invierten para desarrollar el primer festival étnico intercultural, ahora a finales de noviembre de este año. Y seguimos sumando.
En esta oportunidad, como en anteriores con la convocatoria cultural, el Consejo Municipal de Cultura es un convidado de piedra, que no se tiene en cuenta para estimular los procesos.
Los libros de la biblioteca de la Casa de la Cultura, se pudren, se los come el comején, en escenarios que no están habilitados para su conservación, ¿será que esto no es importante para la cultura de un pueblo?
Bien por las iniciativas, todo en función de fomentar procesos y darles fuerza a estos escenarios culturales; pero sin despilfarrar, sin robar, sin malgastar en cosas innecesarias y sin olvidar que los artistas son seres humanos que claman por un techo, que piden sean tenidos en cuenta. Dignidad artística la llamaría yo.
El alcalde no oye, ni ve, tampoco se pronuncia en pedidos como estos. ¿Qué hay que hacer para que se pueda trabajar de manera mancomunada, consejo de cultura, concejo municipal, jefe de la oficina de cultura, alcalde? ¿Será mucho pedir?
En aras de un ejercicio transparente, es necesario que la comunidad sepa cómo se van a gastar los recursos del primer festival étnico, ¿Dónde están todos los murales que fueron ganadores de la convocatoria pasada? ¿Dónde está la otra obra de los $200 millones? Recuerden que eran dos y siempre nos opusimos a esa convocatoria, por algo sería.
Estamos atentos, porque la cultura vale la pena manejarla con transparencia. Sólo Eso