¿Quién iba a imaginar que algo tan mínimo como el virus, covid-19 nos tuviera encerrados y sin hacer nada al respecto, ah? ¡Es increíble, pero cierto! Estamos presos en nuestro propio mundo, un mundo con dos significados, el primero: referente a todo lo que somos, lo que nos pertenece, lo que tenemos cerca, lo superficial u objetivo; el segundo significado, es ese que nos trasmite a el preciso momento en donde entra a ser usted, el hacer un propio análisis de nuestra vida, la introspección del ser, lo subjetivo.
Amigos, no es nada fácil sobrellevar esta situación, no es fácil cambiar la rutina de la noche a la mañana sin previo aviso, pero aquí estamos, muchos llenos de vida y salud, otros luchando por sobrevivir pero al final todos estamos bajo una misma convicción. ¡Rogando que esto termine, ya!
Las enseñanzas son muchas, pero la más importante, descubrí el verdadero tesoro de la vida, el estar junto a mi familia, ese de verdad no tiene precio. Es el inicio y reinicio en ciertos momentos de debilidad, es el complemento perfecto para hacer más llevadera la actual situación. Entendí que con ellos todo y sin ellos nada, veo día a día en ellos, en su apoyo, su amor, comprensión, las palabras alentadoras que necesitamos, y sobre todo vivimos el mejor tiempo que se puede vivir en familia, el tiempo espiritual, ese que verdaderamente trae la tranquilidad que nadie puede superar. En familia, aprendimos a ser más agradecidos incluso en las cosas simples de la vida, comer, caminar, respirar, ser libre, divertirnos; entendimos el valor de cada risa, de cada abrazo, de cada oración, de cada palabra dicha con amor; aprender de todo lo que vivimos como ser humano, y sobretodo comprendimos que la vida es eso que se va o se queda si estamos dispuestos a cambiar. Este momento valioso supera cualquier dimensión y nos conduce a la verdadera paz, esa que lleva a vivir plenamente la llamada y anhelada felicidad.
Por otro lado, miro a mi alrededor, analizo y puedo percibir la incertidumbre de centenares de personas dispuestas al cambio, a conservar o construir el verdadero sentido de la vida, a valorar el tiempo, las experiencias y tratar de sacar lo mejor de esta situación, al final saldremos vencedores. Esto que vivimos no es un escarmiento o un castigo; es un momento de reflexión, aprendizaje, de plena compañía, responsabilidad y sobre todo de compromiso. Esta es una etapa que teníamos que experimentar para que al final nuestra vida sea como la de antes, que digo la de antes, mejor que la de antes. ¡Saldremos vencedores de esta pandemia que nos mortifica y contaremos su historia!
Mientras, tratemos de conservar la calma, esa que puede ayudarnos a que todo sea más fácil y quizás sea el camino para llegar al fin. Nada que sea fácil será mejor, ni seguro, que aunque suene a frase de cajón: ‘todo lo que Dios dispone en esta vida es por y para bien’, ese ser supremo no se equivoca y no nos manda cargas que no podamos soportar, más pronto de lo que imaginamos estaremos con nuestros amigos y familiares dándonos ese abrazo que tanto nos hizo falta durante este tiempo.
Mientras: recomiendo que disfruten de la compañía que Dios dispuso en este tiempo, porque el momento para agradecer y valorar es este, es ya, es ahora. Recuerde ser siempre positivo y aunque haya días grises y difíciles no perder la fe, es el mejor remedio. Podemos estar cerca de lograr la verdadera unión. Siga luchando, ya saldremos de esto y ganaremos esta batalla, recuerde que juntos logramos quitarle vida y fervor al virus, una vez más le digo: ¡quédese en casa!