Un carnet con la ficha número 1180 de la Liga de Fútbol del Cesar es la evidencia que aún mantiene el entrenador José Rodríguez, técnico del club Loperena, del paso del héroe de la Europa League 2021-2022 por Valledupar.
Era el año 2006 y sin saber que estaba dirigiendo a una futura estrella del fútbol mundial, Rodríguez tenía en sus filas a Rafael Santos Borré, un niño de 11 años que ya mostraba cualidades frente a las porterías rivales.
La cancha del Doce de Octubre fue testigo de primera mano de la habilidad de aquel escuálido jugador, que compensaba su falta de corpulencia con gran dosis de talento para vencer a las defensas contrarias.
“Era muy bueno, él nunca jugó en otra posición, él no era fornido, era delgadito, se veía frágil, pero no lo era. Era habilidoso, con la cabeza ‘mortal’, le cabeceaba a unos jugadores grandotes. Nos ganamos todos los torneos en esa época”, asó lo recuerda el profesor Rodríguez.
Paradójicamente, recuerda el estratega vallenato, Borré no era titular de ese primer equipo, pero cada vez que ingresaba se apuntaba uno o dos goles. “Él era 95, y nosotros teníamos en la Liga equipo 94 (mayores), yo tenía una ‘banda’ bastante fuerte, él era suplente de los 94 que yo tenía, sin embargo, cada vez que entraba él ‘mojaba’, uno o dos goles siempre hacía”, contó el entrenador en charla con EL PILÓN.
De aquel Borré que recorría las canchas de Valledupar, el profe José destaca, especialmente, su disciplina y solidaridad con el equipo. “Fue siempre un pelao muy disciplinado, demasiado. Era raro que fallara una práctica, en todas las prácticas estaba puntual, lo esperaba a uno para ayudarlo con las tulas”, puntualizó.
A la par de sus buenas actuaciones en el campeonato local de la Liga de Fútbol del Cesar, Rafael Santos Borré – cuyo nombre se lo puso su progenitor en honor al hijo de su ídolo musical, Diomedes Díaz- se destacaba en los torneos Intercolegiados donde hacía gala de sus cualidades.
UN LOPERENO MÁS
Al Colegio Nacional Loperena llegó luego que su padre, Ismael Borré, en aquel entonces un comerciante de libros, le buscara cupo ya que por cuestiones laborales debía radicarse en esta ciudad.
Allí pasó a manos del profesor Silvestre ‘Chiche’ Maestre, conocido por su capacidad de formar talentos, quien lo tuvo en el equipo de la institución educativa.
“No me sorprende lo que le pasa ahora, porque en aquel entonces, él era un niño muy constante, que no se amilanaba, era fuerte mentalmente”, recordó en su momento el profesor ‘Chiche’ Maestre.
Maestre resalta especialmente su tenacidad, así como su virtud de patear con las dos piernas. “Era guapo, a pesar de ser el más pequeño”, recuerda.
En el Nacional Loperena cursó hasta noveno grado, luego se trasladó a Barranquilla para estudiar en el Colegio Nueva Granada de donde dio el salto al deportivo Cali.
Por eso, este miércoles, cuando Santos Borré anotó el penal que decidió el título de la Europa League para su equipo el Eintrach Frankfurt, un pedacito de Valledupar aportó a ese momento de gloria.
Al fin y al cabo, como dice el profe José Rodríguez, “uno se lleva la alegría de que aquí lo tuvimos jugando cuatro años”.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ / EL PILÓN.