Por: Juan Rincón Vanegas
Caerle una gota fría a alguien es dejarlo “friquinai”, que en buen castellano significa: “En la olla”. En cambio para Emiliano Antonio Zuleta Baquero, padre de una de las más grandes dinastías de la música vallenata, significó gloria, prestigio, honor y hasta una buena mesada económica, a tal punto de que le adelantaron la inmortalidad.
El viejo Mile no lo podía creer. Que aquella canción que se hizo famosa por su larga y difundida piquería con Lorenzo Miguel Morales Herrera y también por los altos elogios que le hiciera Gabriel García Márquez, por su sencillez y preciosura literaria, fuera tenida en cuenta por tres cantantes famosos: Carlos Vives, Julio Iglesias y Paloma San Basilio, después de haber sido grabada a nivel local.
Las noticias cantadas de Mile tirándole sus recados groseros a Lorenzo Miguel, llegaron a muchos lugares del mundo gracias a estas grandes voces.
Ante tanta bulla con los nombres de Emiliano y Lorenzo, muchos quisieron indagar sobre la vida y obra de estos personajes de leyenda. Precisamente a un periodista del Miami Herald, que vino a Valledupar, lo tomó de sorpresa cuando le dijeron que estos juglares estaban vivos y los podía entrevistar.
El periodista estuvo extasiado con estos dos hombres de acordeón, canto y verso rápido y al cabo de pocas horas le parecía mentira estar metido en el corazón de Macondo.
Ante tanta parafernalia de alegría folclórica no tuvo otra salida que escribir en ese prestigioso periódico varias crónicas sobre este afortunado encuentro.
Los juglares Mile y Moralito recorrieron los caminos del Magdalena Grande llevando mensajes cantados. Después vivieron de sus glorias musicales, gracias a que fueron dos grandes precursores de vallenato auténtico y sus talentos les dieron el privilegio de tocar, componer y cantar.
Emiliano Zuleta respecto a esa famosa piqueria expresó: “Nuestra piqueria fue folclórica, porque primó la amistad por encima de todo, la gente era la que nos quería enemistar, pero Lorenzo sabía que mis canciones eran para alborotar el avispero y que pensaran que nosotros éramos enemigos. Ojalá todas las peleas fueran como esas, únicamente con acordeón y verso, porque las peleas de ahora son para mandar a la gente al otro lado”.
Lo más gratificante para Emiliano Zuleta Baquero fue su numerosa prole, esos que hacen parte de su dinastía, los que tocando acordeón, cantando, verseando y componiendo canciones vallenatas, hacen posible que hoy tengan el mayor reconocimiento.
“Me siento el hombre más feliz del mundo porque mis hijos, mis nietos y mis bisnietos han seguido la senda del folclor vallenato. Eso para mí tiene mucho significado porque la semilla que sembré ha tenido buenos frutos. Mi dinastía es grande”, dijo emocionado en sus últimos días.
Al fondo del mar
Emiliano Zuleta Baquero, vivió sus últimos años en medio de homenajes y reconocimientos. También gracias a su canción ‘La gota fría’ recibió una millonaria suma económica en 1994. Según reporte de Sayco, le liquidaron $83.578.372.97
Ante esta buena noticia Emiliano con su jocosidad característica afirmó al momento del anuncio: “Ojalá tuviera menos años para que esa plata supiera lo que es un hombre. La plata nunca llega mal, pero a mí me la retrasaron mucho porque trabajo si pasé”.
Alrededor de estas millonarias regalías se han tejido varias versiones. Una de ellas tiene que ver con su hijo Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, quien llamó de Bogotá, al viejo Mile para que lo autorizara y poder retirar el dinero.
Dicen que Mile respondió: “Vea, mijo, antes de que ese dinero llegue a sus manos es mejor que lo tiren al fondo del mar”. En esa ocasión el viejo Mile, no afirmó ni desmintió ese comentario, lo único que hizo fue reír a carcajadas.
Versión de Lorenzo Morales
Moralito, como fue conocido, se pasó mucha parte de su vida montado en un burro y acompañado de su acordeón, esa que le moldeaba su voz para que diera a conocer sus mensajes cantados, especialmente dirigidos a las mujeres a las que nunca dejó de elogiarlas porque muy bien lo dijo: “Las mujeres son la vitamina de la vida”.
A pesar de su larga vida, falleció a los 97 años, nunca dejó de exaltar las hazañas musicales, una de ellas al lado de su compadre Emiliano Zuleta Baquero, quien lo inmortalizó con la canción ‘La gota fría’, que es el vallenato más conocido en el mundo.
Precisamente el maestro Lorenzo Morales, hizo alusión a la mencionada canción diciendo: “Al que le van a dar le guardan y mi compadre Emiliano se quiso salir con las suyas, pero al final yo salí ganancioso, aunque con el bolsillo pelao. Nunca peleamos, fuimos excelentes amigos y compañeros de parranda.
Si analizan bien la canción ‘La gota fría’, parece que fuera de mi autoría y hasta muchos todavía me preguntan eso, porque en todo el trayecto de la letra aparece es ‘Moralito’ como el inspirador. En fin esas son jocosidades de las canciones y en este caso soy solamente el protagonista, y de ella no obtuve ni un peso porque mi compadre Emiliano no es que fuera tacaño, sino olvidadizo”.
Acórdate Moralito de aquel día
que estuviste en Urumita,
y no quisiste hacer parada
te fuiste de mañanita…
Tal como se lo profetizó su compadre Emiliano Zuleta Baquero, en su célebre canción ‘La gota fría’, el viejo Lorenzo Miguel Morales Herrera, se fue la mañanita del viernes 26 de agosto de 2011, dejando una carga de historias, de canciones y de hijos que hoy exaltan al hombre que tuvo la virtud de dejar la huella antes de poner el pie.
Al despedirse de la vida Lorenzo Morales le cumplió a cabalidad la promesa a su compadre Emiliano Zuleta, al en cierta ocasión prometerse en una parranda que cuando alguno de los dos muriera, el otro dejaría de tocar su acordeón.
Desde el domingo 30 de octubre de 2005, cuando falleció el viejo Emiliano, el gran Moralito, solamente escuchaba las canciones que le llenaban el pensamiento de recuerdos y su acordeón, el que ya no tocaba, estaba de lujo arriba del escaparate, porque entre dos hombres humildes, recios y talentosos, la palabra de gallero se cumple hasta más allá de la muerte.