Luis Napoleón de Armas P
Se dice en la calle que la estadística es un medio para decir lo que no sabemos; detrás de una cifra o indicador puede esconderse una intención. Por eso, cuando estos estén frente a nuestros ojos debemos someterlos al sano juicio y ponerlos sobre la plantilla de la razón y la lógica de los acontecimientos. En Colombia, es el presidente de la República y no el DANE quien hace los anuncios de la variación de los indicadores económicos sociales. Por supuesto, esta forma tiene una carga de sesgo que, por lo general, favorece al mandatario de turno. Durante la segunda administración Uribe se introdujo un nuevo sistema para medir la pobreza, línea que por años dividió a Colombia en dos mitades iguales, los pobres y los no pobres. El nuevo modelo, como por arte de magia, bajó la pobreza relativa al 34.1% actual. La pregunta formulada por los investigadores sociales es saber cuándo una persona es pobre, cuándo esta pobreza es crítica y cuándo es extrema. En principio se sabe que quien carezca de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, lo es. Pero el concepto de pobreza también incluye una larga lista de intangibles tan importantes como los materiales, no incluidos en los modelos de medición, lo cual los hace poco confiables. Conceptos como marginalidad, informalidad, igualdad de oportunidades, seguridad, justicia, libertad, reconocimiento social y otros, difíciles de cuantificar dentro de un modelo matemático,pero que podrían tener más peso que una mera canasta familiar. Son tantos los factores influyentes, unos mas impactantes que otros, que es difícil bajar la pobreza cuando algunos de ellos, relevantes,no han caído. El bajo rendimiento deportivo de Colombia en encuentros internacionalesy en las pruebas SABER, son una manifestación de pobreza. Colombia se encuentra en un grupo de países como Afganistán, India y Pakistán en los cuales la pobreza es estructural, difícil de manejar a menos que se implementen políticas sociales eficaces. Pero Colombia les gana a estos pares en inequidad; no es fácil entender que la pobreza baje cuando la concentración de ingresos sube. También es difícil creerlo cuando la informalidad crece; actualmente esta se encuentra entre 50 y 60% de la población en edad de trabajar. La formalidad disminuye porque la industria y las exportaciones del sector secundario decrecen. Con datos del gobierno sabemos que las exportaciones de calzado en 1991 ascendieron a US$30 millones mientras que hoy apenas llegan al millón. Otra información que ha tomado el gobierno para justificar el descenso de la pobreza es la publicación, por algún medio, en el sentido de que la clase media colombiana (CM) pasó del 15 al 28% entre 2002 y 2011, y que los ricos son 1.38%. Si sumamos pobres, clase media y ricos, son 63.48% de la población. ¿Qué estrato social tendrá el 36.52% restante? Los estándares para medir la franja de la CM establecen que quienes devenguen entre US$10 Y US$50 por día, hacen parte de ella, más o menos entre un SMM y $2.900.000. Por cuentas oficiales, en esta franja habría 13.8 millones de personas, pero también se sabe de fuentes oficiales que el 85% de los colombianos gana menos de un SMM; entonces, ¿cómo hay tanta gente en la CM? ¿Cómo conciliar estas cifras? Nunca he creído en la CM como estrato social, porque carece de pertenenciay coherencia frente a los hechos; es más bien un burladero social donde, a ratos, podrían esconderse, los arribistas y los fracasados. En Chile el 50% de su población hace parte de la CM, pero ellos allá tienen conciencia de clase y valores culturales diferenciadores; por eso son coherentes en sus decisiones políticas.
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