Partamos por preguntarnos si realmente la economía local o nacional atraviesa por una crisis o si simplemente obedece a apreciaciones infundadas y fuera de contexto de algunos críticos o inconformes que son naturales que existan en todo el mundo; creo que esto no es el caso de Valledupar que es donde puedo percibir y sentir.
Con un poco de atención y curiosidad, he estado observando a los desprevenidos visitantes de los supermercados y grandes superficies comerciales que operan en nuestro territorio, aquí encontré una de las primeras causas, muchos compradores de diferentes estratos sociales llenando sus bolsas con productos de marca que satisfagan su ego o por estar a la vanguardia comercial, como por ejemplo observar a unas familias de ganaderos aristócratas comprando productos lácteos de marcas foráneas (quesos, leche, suero, mantequilla y demás), existiendo empresas locales que les compran la materia prima para procesarla bajo las normas técnicas y abastecer la demanda local, igual ocurre con las confecciones, los muebles, los elementos para el aseo, la decoración y todo lo que se consume en un hogar normal.
Continuando con la indagación, me sorprende que mediante acuerdo municipal se crea un ente cadavérico como Pro-Valledupar con el fin de promocionar a la ciudad como modelo comercial lleno de oportunidades, de oferta y demanda de bienes y servicios, si esto fuera cierto por qué no se involucró en el proceso de fortalecimiento empresarial a la empresa local, ¿por qué un esfuerzo netamente público?, ¿se ha focalizado, socializado o diseñado alguna estrategia que potencialice al tejido empresarial de la región?, de donde provienen los recursos financieros para el funcionamiento de este ente gubernamental?
La delegación enviada a la China, incluida su directora, ¿qué va a promocionar?; son gastos de funcionamiento que a mi parecer ocasionan detrimento patrimonial y muy poco o nada de ganancia para el presupuesto municipal, esto es un embeleco político descontextualizado y perverso que los empresarios deben pedir explicaciones. Vuelvo a preguntarme, ¿existe un plan de desarrollo empresarial como política pública para la ciudad o el departamento?
La economía campesina menguada, in-humanizada, sin presencia del Estado en políticas como asistencia técnica, canales de comercialización, con programas, recursos y proyectos del orden Nacional que no llegan a la región; sin reglas claras para la tributación, sin vías para movilizar la producción, sin educación para la población escolar rural, sin puestos de salud disponibles, sin control al acaparamiento y a la intermediación comercial; nuestros campesinos manejan una economía de subsistencia y de pobreza absoluta.
Y otra perla que tenemos los empresarios y comerciantes de Valledupar es la cascada de impuestos que antes de permitir el recaudo oficial para reinvertir en programas de cualquier índole, ocasionan desbandada de la legalidad, el alto porcentaje de la informalidad empresarial de Valledupar que según algunos expertos en economía, se cree que ésta llega al 87 %, o si no que nos demuestren cuantas empresas tributan en Valledupar, cuál es la cartera de morosidad del municipio. Ese argumento de que obligando a los contribuyentes para que cancelen sus impuestos por bimestres es un alivio a la carga impositiva, es una medida maquiavélica y perversa porque está acompañada de la sanción por el no pago oportuno, que en todos los casos supera el 300 % del valor del impuesto dejado de pagar.
La estrategia oficial es el cobro coactivo sin tener en cuenta el cobro persuasivo, debo ilustrar esta medida con un ejemplo real: una empresa que se atrase en el pago de 120.000 pesos por concepto de industria y comercio por dos bimestres incurrirá en una multa por sanción de 638.000 pesos, si el contribuyente no tuvo los 240.000 pesos, mucho menos tendrá 878.000 pesos para pagar el impuesto más la multa. Al paso que vamos el municipio se quedará con las empresas de Valledupar, para lo cual deberá modificar el presupuesto para los gastos de funcionamiento y nombrar administradores de empresas a tutiplén, ojala no sean por recomendación política porque ahí si se formó Troya.
A los empresarios nos quedan tres o cuatro caminos y es lo que recomiendo antes que sea más tarde: 1.- mediante la persuasión y el entendimiento entre los empresarios y comerciantes y la admiración pública, busquemos cómo desmontar ese acuerdo perverso, de economía salvaje que aprobaron nuestros nefastos representantes.
2.- mediante la concertación y unas políticas claras, iniciemos una campaña que estimule el consumo masivo de la producción local, como aquella que utilizó la administración departamental del gobierno de Hernando Molina: El Cesar se Marca o del acalde Rodolfo Campo, con su mercado campesino.
3.- La desobediencia social y la movilización de los titilantes gremios y la comunidad en general para exigir el cambio de modelo económico en Valledupar o la entrega de nuestras empresas a Pro-Valledupar para que ella asuma la responsabilidad de generar los empleos y los ingresos que demanda la población activamente productiva; ya los gobiernos están acostumbrados a que el pueblo ejerza acciones de presión para ser escuchados.
Al señor alcalde me dirijo para solicitarle respetuosamente que convoque a la concertación y al entendimiento a los empresarios locales, estoy seguro que seremos muchos los que lo acompañaremos en el mejoramiento de las condiciones de convivencia y de progreso con equidad que reclama la crisis económica por la que atravesamos los vallenatos.
4. Que los empresarios pensemos más en la asociatividad, en el trabajen equipo, en el aprovechamiento de los recursos naturales, en el asentamiento de nuevas empresas, que descontaminemos nuestro corazón del egoísmo, la envidia y otros valores humanos que reclamamos de los demás y que seamos ciudadanos deliberantes con vehemencia y con la razón y mi última pregunta ¿hasta cuándo sostendremos este remedo de desarrollo empresarial amañado y patético? entre todos debemos encontrar la solución.
Por Alvaro Tavera