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¿Cuál Partido de los Economistas?

Con motivo del trámite de la pasada reforma tributaria, algunos comentaristas de la realidad nacional plantearon un particular enfrentamiento entre la clase política y los economistas. El exministro de comunicaciones, Alberto Casas Santamaría, periodista, comentarista de la W, que emite por la Voz del Cañaguate, habló del Partido de los Economistas (PE). Otro exministro, Carlos Caballero Argáez, columnista de El Tiempo, afirmó y tituló su columna: “La derrota de los economistas”. Es un error plantearle a la ciudadanía que los economistas constituyen una secta, que piensan todos iguales y hasta tienen un “partido único”.

Los políticos, luego de elegidos, si se convierten en una especie de “clase”, mientras dura su mandato, algunos hasta pierden de vista sus diferentes tendencias: conservadores, liberales, de izquierda, etc. Y algunos tienen una visión de la economía que no necesariamente coincide con la visión de los economistas que trabajan para el estado; la llamada tecnocracia.

Entre los economistas colombianos, al igual que sucede en otros países del mundo, hay diversas escuelas económicas: liberales clásicos, keynesianos, conservadores, socialdemócratas, marxistas, etc; y estos, según cada cual, se identificarán con los distintos partidos y movimientos políticos que hoy existen en el país. Pero de allí a pensar que todos los economistas del país están matriculados en una misma escuela y en una especie de “partido” político único, creo que resulta exagerado e irrespetuoso.

Apreciado Dr. Casas, no existe ningún “Partido de los Economistas”, como lo quiso decir con algo de buen humor bogotano. Y –obviamente-, tampoco es posible hablar de la “derrota de los economistas”, como lo hizo otro gran comentarista y docente, Carlos Caballero A, exministro de Minas y Energía.

Otra cosa, bien distinta, es que el gobierno y la clase política deben tener en cuenta lo que dicen las teorías económicas y la evidencia empírica en todo el mundo. Recordemos que la economía es la administración óptima de unos recursos escasos y –en ese orden de ideas- los políticos de todas las tendencias deben entender que los recursos del Estado y la sociedad (esto es el sector privado, empresas y familias,) son limitados, por eso hay déficit fiscal. Y esos recursos económicos se deben utilizar de la mejor manera, para lograr el mayor beneficio económico y social: buscar un mayor crecimiento de la riqueza, reducir la pobreza y acortar la desigualdad, entre otras metas.

Cuando economistas de diversas tendencias políticas, como Guillermo Perry, liberal; Roberto Junguito, conservador; Mauricio Cárdenas, conservador; José Antonio Ocampo, socialdemócrata; etc, advierten sobre los riesgos de una política económica irresponsable a mediano y largo plazo, lo que están haciendo es cumplir con el sagrado deber de opinar a conciencia. Mal harían en quedarse callados.

Los políticos que no sean economistas y que poco han estudiado la “ciencia lúgubre”, con todo respeto deben estudiar los temas y analizar con cuidado lo que debaten y aprueban, para no llevar al país a escenarios populistas, revolviendo, como viene sucediendo política, economía y derecho. Ojalá no echen por la borda muchos años de un manejo responsable y serio de las políticas económicas de Colombia, activo que reconocen las entidades multilaterales y las firmas calificadoras de riesgo. En ese sentido, ya en serio, es mejor no jugar con candela y dedicarse cada uno a lo suyo: zapatero a sus zapatos, dice el refrán; los políticos a la política y los economistas a la conducción responsable de la economía. Así de sencillo.

  • Consultor empresarial y docente universitario.
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Carlos Alberto Maestre: