Es un reto salir del rigor y la disciplina académica heredada para producir conocimiento propio de una manera sencilla y cotidiana, consecuente con nuestra realidad al alcance de las ‘gentes del común’ para intentar sacar la ciencia de las universidades a los laboratorios sociales naturales como las calles, los barrios, el espacio público y comunitario en el que se encuentra la ciudadanía y se confronta el conocimiento con la realidad.
Es oportuno preguntar a la academia: ¿de qué manera ha contribuido con la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, en materia de libertad de expresión para superar la censura y en consecuencia fortalecer la democracia en el departamento del Cesar?
En reciente comunicación con el sociólogo y magister en Gerencia de Recursos Humanos, Mario Romero Munive, director del Centro de Educación a Distancia, CEAD, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, en su sede de Valledupar, indagamos por el compromiso de la academia en temas como libertades de prensa y expresión, construcción de paz y censura en la región comunicativa del valle del cacique Upar.
¿Qué significa libertad de prensa y expresión en un proyecto de Estado–nación?
Lo primero que se debe afirmar es que por lo menos en el caso de Colombia, que es un Estado social de derecho, se reconoce al ser humano como persona, y que por supuesto cuenta con unos derechos y deberes ligados a este por el solo hecho de existir. Estos derechos deben ser protegidos sin involucrarse el Estado en el punto que se vulneren las libertades. A su vez, el Estado debe evitar que los ciudadanos pasen por encima de los derechos de otros ciudadanos. Entonces aquí se pasa de hablar de derechos individuales a derechos colectivos, y entran en escena los derechos de la colectividad. Es la libertad de prensa y expresión, en un proyecto de Estado-nación, el mecanismo necesario para que la colectividad comprenda la relación entre el Estado y la sociedad que de hecho cobra un tenor público cuando aparece el medio de comunicación.
¿Cuál es la importancia de las libertades de prensa y expresión para la democracia?
Sin duda alguna existe una estrecha relación entre libertades de prensa y expresión y la democracia; y por la importancia de esta relación se hace impajaritable que cuente con una protección. En palabras de Rodolfo Arango: “La libertad de prensa es el oxígeno de la democracia. Sin ella el pueblo no puede autodeterminarse. De cuan extensa sea la primera depende la calidad de la segunda”. La libertad de prensa y expresión es esa garantía de un control para evitar que exista extralimitación de poderes y además garantiza el pluralismo, la supervisión y frena el autoritarismo.
¿De qué manera la academia contribuye con el fortalecimiento de las libertades de prensa y expresión?
Para que la academia pueda contribuir de forma real y eficaz con el fortalecimiento de las libertades de prensa y expresión, lo primero que debe tener claro son los alcances, los límites y los contenidos de la libertad de expresión en los que pueden participar los diferentes actores que la conforman, aquí estaríamos hablando de docentes, directivos, estudiantes, cuerpo administrativo.
Estando claros estos tres puntos, entonces la academia contribuye con dicho fortalecimiento teniendo siempre presente los derechos fundamentales y la Constitución, sabiendo que la libertad de prensa y expresión no es absoluta y que existen límites jurídicos, pero sobre todo límites éticos y es aquí donde entra en escena la subjetividad y la pluralidad de todos los miembros de la comunidad académica.
¿Qué hace la academia para evitar los hechos violatorios de la libertad de prensa y expresión?
Lo principal a tener en cuenta es la selección del equipo de trabajo dentro de la institución académica, cada persona involucrada de forma directa o indirectamente con la academia debe ser una persona íntegra, y éticamente formada. Hay muchas formas de violencia frente a la libertad de prensa y expresión, por ejemplo, está la violencia estructural que viene siendo la exclusión de discursos seleccionados, la descalificación frente a la posición que alguien tenga sobre un tema específico; pero para esto existen mecanismos internos de regulación y los límites.
Algo curioso es que cuando el modelo de una institución no es jerárquico esos hechos violatorios de libertad de expresión son escasos y hasta nulos, porque los miembros de la comunidad se sienten libres y esa libertad les da comodidad, y cuando alguien está cómodo es feliz, es tranquilo y no intenta agredir al otro.
¿Cómo superar la censura?
Con el respeto. Si yo expreso mi sentir, mi incomodidad, mi insatisfacción con respeto, pero un respeto verdadero, en el que no hay cabida ni siquiera a la ironía, al sarcasmo, un respeto auténtico… entonces supero la censura, porque me permito a mí mismo y a los demás a través de la verdad, expresarse libremente sin vulnerar los derechos de otros.
En el marco del conflicto: ¿De qué manera la academia ha contribuido con la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición?
Desde muchos frentes la academia ha contribuido con el sistema integral, porque la academia trabaja con enfoque territorial, diferencial y de género. Un ejemplo clarísimo es el fondo para el acceso a la educación superior dirigido a las víctimas del conflicto que otorga créditos 100 % condonables para estudios de pregrado en los niveles técnico profesional, tecnológico y universitario, a personas incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV). El Fondo de Reparación para el Acceso, Permanencia y Graduación en Educación Superior para la Población Víctima del Conflicto Armado en Colombia financia un programa de educación superior en varios niveles a partir de cualquier semestre en instituciones de educación superior reconocidas por el Ministerio de Educación Nacional y lo mejor de todo es que la condonación total de ese crédito se le otorga a quienes culminen su programa de estudios y obtengan el título académico del programa financiado.
Existen convenios de descuentos para la población víctima del conflicto armado entre la UNAD, en particular, y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, UARIV, con el fin de apoyar a la población víctima del conflicto armado para el ingreso a la educación superior.
¿Cómo o de qué manera la academia está contribuyendo en la construcción de paz del territorio?
La academia refuerza la dimensión pública del servicio educativo con pertinencia social y promueve a través de su modelo educativo la solidaridad y la convivencia en los contextos regionales, coadyuvando la consolidación del tejido social en Colombia. Por ejemplo, en el caso de la UNAD abordamos temas como la cátedra ‘Educación, Paz y Territorio’, que está dirigida a la comunidad académica, los entes gubernamentales y a todos los interesados en la construcción del país.
Mediante proyectos de la academia también se han titulado excombatientes de las FARC en el marco del programa ‘Arando la Educación’, financiado por el Consejo Noruego para refugiados y el Ministerio de Educación Nacional, por el cual se alfabetizó y formó en educación básica y media a poblaciones en condición de vulnerabilidad y situaciones especiales, contribuyendo así a la construcción del tejido social.
Esta entrevista surgió a partir de una matriz formulada y enviada a las universidades públicas y privadas con programas de Comunicación y/o relacionados con sedes en la ciudad de Valledupar con el objeto de indagar por la labor de la academia en el fortalecimiento de las libertades de prensa y expresión en la región comunicativa.
Por Hamilton Fuentes – EL PILÓN