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Cortísimo Metraje, Gota a Gota

Por: Jarol Ferreira

El acontecer de un aspirante a cronista de opinión se cimienta sobre sucesos impertinentes. Había perdido toda la mañana, recién despertaba de una larga siesta. Me disponía a escribir esta columna, cuando me interrumpió el teléfono.

– Jarol, tu mamá está enferma. No para de vomitar y defecar. Lo ha hecho más de diez veces y no para. Tiene mareo y está deshidratada. El médico dice que puede ser una reacción a la quimioterapia. Hay que hospitalizarla.

La encontré sentada en el inodoro, rodeada por un charco de vómito que era más una baba. Inmediatamente:?Bata, pañal, calzón, toallita, pijama nueva, silla de ruedas, carné de salud, cédula, plata, garaje, carro y al hospital- Hasta cuando tantos sobresaltos-  exclamé, antes de arrancar.  En urgencias la eterna espera entre mujeres preñadas, niños intoxicados, uno que otro magullado, y el tratamiento de siempre: Suero intravenoso, gota
a
gota.
Nada como esperar a que se acaben esas bolsas de suero intravenoso, gota
a
gota.
La dejé instalada y salí de la habitación. En el corredor me encontré a un ex tractorista de mi papá, al que hace poco le habían matado a un hermano de un tiro en la nuca. Encontraron el cadáver tres días después del momento de su desaparición, abandonado entre unas bolsas de basura, en la cuneta de la variante de la carretera que evita a Villanueva (La Guajira).

-Imposible sentirse bien- Le dije como pésame.
-¿A quién tiene aquí? Me preguntó.
-A mi mamá- Le dije.
-¿Y eso?
-Reacción a un tratamiento.
-Yo también traje a mi mamá. Le dio un ahogo y se desmayó. Ayer vine por lo mismo pero con mi cuñada, y anteayer igual pero con mis hermanas. Yo les digo que tienen que comer, que hay que reponerse, que si a todo el pueblo le dolió que qué tal a nosotros, y más a ellas. Lo peor fue que unos días antes de que lo mataran, él mismo, le había dicho a la vieja: Vieja ya es hora de que se quite esos trapos negros. Mamá estaba de luto desde la muerte de papá. Y vea.
Con la excusa de resolver un papeleo me escabullí a fumar a un patiecito. Se hizo de noche, la brisa corría como si nada. Al regresar, un poco más calmado, encontré a mi papá en la fila de urgencias.
– Cuando llegué de la finca me enteré de lo de tu mamá, y ya aquí quise aprovechar para hacerme chequear- Me dijo- El ojo derecho desde hace rato me viene molestando.
Primero un suero intravenoso, gota
a
gota.
Después lavados del globo ocular, con solución salina, hasta expulsar el cuerpo extraño. Un día más sin escribir.

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