Había tenido la intención de escribir esta columna de opinión sobre la Corporación Autónoma del Cesar – Corpocesar, desde hace unos tres meses, pero como estábamos en el proceso electoral, pensé que lo que iban a señalar o lo tomarían como persecución política o algo similar, pues llegó el momento de dedicarle este espacio a quien administra los recursos del medio ambiente en el Cesar, y que hace poco, el Departamento Administrativo de la Función Pública le da un puntaje de 96,3 sobre 100, en avances de gestión, que por supuesto no estoy de acuerdo con dicha calificación porque en la corporación ambiental del Cesar, trabajan para todo menos para el medio ambiente y paso a describir cada una de las grandes falencias y las negligencias ambientales que se conocen a simple vista.
Debo empezar diciendo, que el Tribunal Administrativo del Cesar acogió las pretensiones de la Procuraduría General de la Nación y ordenó a la Corporación Autónoma Regional del Cesar – Corpocesar– a cumplir con su obligación como máxima autoridad ambiental y elaborar el mapa del ruido correspondiente para la ciudad de Valledupar y su respectivo plan de descontaminación con su cronograma de implementación, es decir, que le tocó a un órgano de control acudir a un tribunal para que la corporación cumpliera con una obligación dispuesta en los artículos 22 y 25 de la Resolución 627 de 2006 expedida por el Ministerio de Ambiente, es claro entonces que es necesario ir descontando del puntaje otorgado por la función pública y a mi modo de evaluar, descontaría 15 puntos en este primer cuestionamiento.
Hablemos ahora de la ineficiencia de la Corporación en los Planes de Ordenamiento y Manejo de las Cuenca hidrográficas del rio guatapuri y de todas las cuencas hidrográficas del departamento, a pesar de haberse gastado un mundo de plata para la elaboración del documento, POMCA, que es el instrumento por el cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las aguas, fauna, flora y el manejo de las cuencas, pero que solo quedó en letra muerta porque nada de acciones al respecto y no existe una sola gestión en el tema de las concepciones hídricas de la cuenca alta y baja del rio Guatapuri, como tampoco han reactivado el comité Interinstitucional contra el tráfico ilegal de las especies silvestres que por norma debe estar funcionando y que de acuerdo a mi fuente hace tres años que no opera, así como la red de fauna y flora del departamento que fue creada a través de convenio pero que también lo dejaron morir, a pesar que esta red le da funcionalidad al centro de fauna que tiene la corporación, que a mi modo de ver está convertido en un elefante blanco, entonces sigo descontando el puntaje y por estas negligencias descontaré 30 puntos.
Paso hablar ahora de la Red de Aire, que tiene para su funcionamiento unos equipos instalados en la zona minera, pero que están obsoletos y algunos dañados, porque solo mide la polución y no mide todos los efectos de contaminación del aire, es decir también la gestión de la corporación es pésima en algo tan importante como la medición de la contaminación ambiental que producen las empresas mineras. Por esta negligencia y falta de gestión descontaré 20 puntos, que son pocos para la responsabilidad que le asiste.
En cuanto a educación ambiental, la gestión es muy ineficiente, ya que no existe la política pública que le daría existencia a los proyectos ciudadanos de educación ambiental (PROCEDAS) y que regulariza el proyecto ambiental escolar (PRAE), que son una estrategia pedagógica que busca promover propuestas educativas ambientales. Siguiendo con mi evaluación, en este ítem descontaré 10 puntos más.
A mi modo de ver y evaluar sin ser profesional del medio ambiente, Corpocesar solo estaría sobre un puntaje de 21,3 sobre 100, es decir, su gestión ambiental es pésima y eso que solo pude conocer los detalles superficiales de la misión de la corporación, sin adentrarme a lo profundo del manejo de los recursos públicos que esgrime, que oscilan en los 28 mil millones de pesos anuales, con unos gastos de funcionamiento que sobrepasan los 11 mil millones, lo que significa que puede más la burocracia que la misión de ser de la corporación.
Por: Emiliano Piedrahita Porras.