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Coronaviejo

La vejez es la mejor inversión de una sociedad, por el cúmulo de conocimientos y la experiencia, que es la madre de todas las ciencias. Se hacían conjeturas cuando apareció el coronavirus en marzo de 2020, llamado coloquialmente “coronaviejo”, porque aparentemente el SARS-CoV-2, responsable del covid-19, únicamente mataba a los viejos.

La ciencia evolucionó en medio de la pandemia y demostró que el virus era letal en cualquier edad, pero siendo más vulnerables los mayores de 60 años, al bajar las defensas, entendible al debilitarse el sistema inmunológico y aumentar las comorbilidades por el desgaste del tiempo y del uso.

Tampoco es cierto que la vacuna se haya descubierto en un tiempo récord de 10 meses, tal y como lo aclaró en el diario EL PILÓN el neurocientífico vallenato Fernando Dangond Castro, al explicar que esta tecnología no se desarrolló de la noche a la mañana, y aclarar que es el resultado de muchos años de trabajo de científicos alrededor del mundo, ya que antes aparecieron el SARS-CoV-1 y el MERS, de la misma familia de virus, lo que indica de que ya había avances sobre el particular, pero que no fue posible implementar en su momento debido a que los virus previos desaparecieron relativamente rápido, estudios clínicos que permitieron verificar la efectividad de la vacuna.

Lo inaudito es que haya gente capacitada que lo ponga en duda y quiera desconocer la proeza del descubrimiento del biológico para evitar que se extinga la especie humana, cuando llegan a aseverar que “los científicos vendieron protección e inmunidad, pero si se les cuestiona se ponen bravos y acusan de desinformar. Hacen hincapié en que la vacunación no te salva de la enfermedad, ni es cierto que si te contagias será solo leve”, es decir, contradicen a la misma ciencia, negación absurda que por su alta carga de desinformación y teorías conspirativas hacen más difícil ralentizar y controlar la pandemia.

Hay que cerrar brechas y conquistar espacios de democracia con inteligencia inmaterial y docentes del premio Nobel, tarea que se acomete a través del WhatsApp ‘Valledupar Somos Todos’, de la mano del colosal hombre de ciencias Rafael Valle, médico internista, reumatólogo, inmunólogo e investigador de Harvard, equipo con rigor de estudio, donde el conocimiento y el respeto por el disenso se convierte en un predicamento viral que ya llega a los 5 continentes, forma de contribuir con el aporte de un granito de arena a atenuar esta hecatombe mundial.

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Miguel Aroca Yepez: