Coolesar es una de las ultimas empresas en manos de vallenatos, tiene como misión servir al ganadero a través de la transformación de sus productos derivados de la carne y la leche, pero que hoy por diversos factores entre el principal el financiero, se ve sumida en un agónico final, para unos muy triste conocer esta noticia, pero para quienes se apartan del romanticismo vallenato, no lo es tan triste.
El negocio de la leche en nuestro país no tiene el mejor panorama, empiezo por decirles que a pesar de que se supone que la demanda del producto es cada día mayor, vemos que en bodegas se represan miles de toneladas de leche en polvo sin destino fijo. Notamos que cada día se vuelve más complicado encontrar a quien venderle leche, ya sea por las negociaciones que se hicieron en el pasado, en fin, para que criticar sin construir, eso no define absolutamente nada, lo que si debemos saber es que el negocio de la leche además de estar muy competido le falta más dinámica en el mercado.
Para Coolesar, una cooperativa de ganaderos del Cesar, creada bajo un sueño vallenato, el cual se consideraba como la cooperativa que respaldaba el negocio de los ganaderos del Cesar, llámese en la producción de leche y carne. Fue así como funcionó correctamente por más de 25 años, alcanzando unos buenos niveles de aceptación en el mercado local, pero como a todo negocio le llegan las épocas de vacas flacas, Coolesar no estuvo exento y comenzó el retroceso en la cooperativa. Las curvas financieras comenzaron a mostrarse en direcciones distintas a las que sus socios acostumbraban ver en los diferentes informes de junta, y a tal punto, que hoy llegó a afectarlo profundamente y empieza a tener problemas serios de iliquidez, de caja.
De esta manera, el día viernes 26 de enero 2018, las directivas de la cooperativa invitaron a una reunión al gremio ganadero para mostrar las cifras, éstas fueron alarmantes, unas obligaciones a corto plazo que suman $ 3.200 millones, a esto súmele los compromisos de pago que tiene por estar en Ley 1116 de intervención económica, además de las deudas por impuesto al degüello, predial, posibles demandas de trabajadores, trasportadores, en fin, para que seguir mencionando. Para muchos es duro aceptar tal realidad, que cooperativas como estas, estén anunciando su final, pero los momentos tanto buenos como malos nos llegan en la vida y lo que si hay que hacer, es no quedarse cruzados de brazos en medio de una circunstancia adversa y pensar que dirección tomar.
En la reunión se planteó una posible salida como lo es incorporar -con todos los activos y pasivos- Coolesar a Colanta, ésta brindaría toda su capacidad técnica, administrativa y financiera (Cooperativa de Lácteos de Antioquia es una cooperativa colombiana sin ánimo de lucro fabricante de productos alimenticios que incluye lácteos, refrescos, embutidos, vinos y cereales y exporta a Canadá, Curazao, Estados Unidos, Guatemala y Venezuela.), además de toda la experiencia en el mercado lechero, garantías en precios y en compra, entre muchos beneficios para asociados y no de Coolesar, y esto no es más que darle un oxígeno al paciente agónico y sacarlo adelante, no es del todo cierto que Coolesar se va a regalar ni que vale pocos pesos, NO! es completamente falso, dicho por el gerente(e), quien es un conocedor de la situación actual, esto apenas es un planteamiento. Colanta hará lo suyo y también debe entrar a analizar desde todos los puntos de vista, en especial el financiero, en que se va a meter. Este fue un primer paso, en donde se conoció el interés que muestra Colanta para iniciar la incorporación y recuerden ustedes que en toda negociación debe existir un equilibrio que permita a las partes un gana-gana, nadie va hacer un negocio para perder y Coolesar en medio de su dificultad financiera, también tiene elementos que la hacen fuerte al sentarse a negociar (punto estratégico comercial, frigorífico calificado por Invima como tipo 1, calidad en los sólidos de nuestra leche, grupo de ganaderos pequeños, medianos y grandes interesados, entre otros), por lo tanto su consejo directivo –que hoy sufre criticas- tiene una oportunidad como lo es estudiar el planteamiento de Colanta, que a propósito lo considero acertado, avanzar y prepararse para hacer la mejor negociación que favorezca al Cesar, a los intereses de sus asociados activos y los no y a todo el gremio ganadero. No podemos seguir dando plazos cuando las obligaciones financieras roncan a las puertas de la cooperativa (Coolesar), ni muchos menos esperar a que otros actores resuelvan la situación.