Por: Luis Elquis Diaz
A menudo se escucha comentar en distintos escenarios que en nuestro país se sufre de amnesia. Es decir que desactualizamos nuestra memoria de manera automática. Una sociedad en desarrollo o con estas pretensiones, no puede someterse a semejante exabrupto, pues es susceptible de repetir su historia.
Los colombianos a lo largo de 200 años de historia Republicana hemos concentrado nuestro esfuerzo en adoptar estrategias en términos económicos, sociales y hasta culturales, en ocasiones incompatibles con la naturaleza de nuestra realidad, lo cual repercute directamente en el ordenamiento de nuestra identidad. Es por ello que la aplicación de la estrategia política emana en consecuencia de cada coyuntura. Desafortunadamente hemos convivido con prácticas indebidas, principalmente las referentes a la formación y organización del estado.
Esta situación terminó por doblegar nuestras convicciones por nuestros intereses; desde luego subordinados por la incursión e infiltración de acciones mafiosas en las estructuras del estado, sostenida por el poder que brinda la fuerza económica de la élite representada por los grupos de narcotraficantes, comisionados de planta para engendrarlo como semilla perversa en el resto de la sociedad. Sin duda nuestras convicciones sucumben donde comienzan nuestros intereses.
Los colombianos el próximo 30 de mayo estamos convocados para elegir Presidente de la República, en un marco donde se evidencia que los intereses por conseguir el poder están representados por la esencia natural que adopto como Doctrina el concepto de la política individualista, como única opción capaz de evitar un desenlace hipotético. La aplicación de la política no es un asunto para recitar, tampoco para garantizar fidelidad, debe ser por el contario un argumento que revierta lo inadecuado, para no repetir episodios manifiestos. De manera que La Política de Seguridad Democrática, obra material del presidente Álvaro Uribe, no debe patentizar proposiciones bajo el supuesto que garantiza su continuidad, pues ello no constituye un razonamiento ilógico. Esta política sin duda merece continuación, naturalmente sin sus defectos, además con la convicción que no solamente está constituida para combatir a los Grupos Narcoterroristas y Narcotraficantes, pues tendrían razón quienes consideran que somos una sociedad sin memoria. Candidato que dude de los logros de la Política de Seguridad Democrática está sometido a una ineludible derrota en las urnas.
Para ejecutar los procedimientos que conduzcan al establecimiento del orden y la libertad, no se requiere contar con las condiciones de un superhéroe, se necesita tener determinación, liderazgo y acompañamiento de la fuerza pública, así mismo recursos financieros. El presidente Álvaro Uribe personifica el talante de un hombre con vocación de estadista y liderazgo innato, recibió el respaldo de la fuerza pública, a sus soldados siempre les inyecto valor y reconocimiento y cuando tuvo que reprender no fue inferior a su condición de comandante supremo. Estas cualidades son congénitas, originales, por lo tanto intransferibles.
El país en la configuración de sus convicciones ha venido comprendiendo estas circunstancias, principalmente en aquellos que gozan de una expresión fundada en el discernimiento y en la historia del país, priorizando los intereses de nuestra nación.
Es por ello que el candidato Antanas Mockus ha venido ascendiendo en la intención de voto, él representa otra forma de pensar, no descalifica los logros de la política de seguridad y tampoco la excluye de sus propósitos de gobierno. Tiene clara la propuesta enfocada en la educación, no genera estigmatización con nuestros vecinos, tampoco comparte sus estilos, asume como principio el respeto por la vida humana y la consagración del erario público. No es descabellado pensar en la política de educación, en la construcción de proyectos de infraestructura de acuerdo a una planificación y ejecución en plazos medianos con lineamientos adscritos en la rectitud y continuar sometiendo a los grupos que hoy están al margen de la ley desde la óptica y autonomía del estado.
Elquis0127@hotmail.com