Sin querer queriendo, resultó muy oportuna y estimulante la contratación que hiciera el señor gobernador Francisco Ovalle Angarita, para generar público, con el conversatorio de Carlos Vives en la conmemoración de los 50 años de creación del departamento del Cesar. Digo oportuna y estimulante porque personalmente hemos venido insistiendo en la poca atención que el Estado colombiano, en todos sus niveles de gobierno, le ha puesto al reconocimiento de Patrimonio Cultural Inmaterial para la Música Vallenata Tradicional del Magdalena Grande, a nivel nacional por parte del Ministerio de Cultura y a nivel internacional por parte de la UNESCO con la inclusión en la Lista de Salvaguardia Urgente.
Resultó un llamado de atención, en forma repetida, para el señor alcalde Augusto Ramírez y al señor gobernador Francisco Ovalle, dado que el fondo del conversatorio se basó en la “importancia y dimensión” que hemos venido reclamando por la falta de aprehensión de estos conceptos, por parte de nuestra dirigencia ejecutiva y legislativa, ante el compromiso que se tiene con Mincultura, con la UNESCO y con la comunidad regional vallenata, por la implementación de las medidas de protección contenidas en el Plan Especial de Salvaguardia PES para la Música Vallenata Tradicional.
Importancia por el posicionamiento nacional actual y el reconocimiento internacional que está logrando esta manifestación tradicional como identidad cultural de la nación colombiana y Dimensión por el impacto socioeconómico que se puede alcanzar si se logra responder a la “Salvaguardia Urgente” de que ha sido objeto esta manifestación cultural por parte de la UNESCO.
Propone Carlos el aprovechamiento de la acogida, nacional e internacional, que produce nuestra tradición musical, la cual defino como elemento relacional enriquecedor de la convivencia pacífica a partir de la expresión narrativo costumbrista como “producto del espontáneo goce de existir en fraterna comunidad” (Duque 2001). Interpreta Carlos nuestro sentir cuando expresa su anhelo de ver convertida a Valledupar y sus alrededores como un “Disney” criollo, potenciando un entorno turístico cultural con base en el folclor vallenato (en todas sus manifestaciones), como una variable trascendente que permitirá un imaginario colectivo llevadero a convertir a la capital del Cesar como un destino turístico preferente, propuesta que tenemos formulada como “Expofolclor Vallenato, Mercado Cultural del Magdalena Grande” la cual no ha tenido acogida alguna por la institucionalidad actual. Es la reafirmación del planteamiento que hemos venido expresando sobre la transformación real de la vocación productiva de esta acogedora región, tradicionalmente agropecuaria, hacia el sector turístico cultural, con base en las historias cantadas de su valiosa y talentosa juglaría, acompañado con la muestra de sus actividades relacionadas, tales como el teatro, la danza, la literatura, las artes plásticas, la cosmogonía indígena, las artesanías y la gastronomía, con el convencimiento de que las vocaciones se construyen a partir de las potencialidades de una determinada región, y la actual referencia sobre el particular es el turismo cultural, basado en la Música Vallenata Tradicional como jalonadora de todos los componentes del folclor vallenato.
Anuncia cosas nuevas para hacer durante el 51 Festival de la Leyenda Vallenata como respuesta al homenaje del cual ha sido objeto. Compartió una actividad a desarrollar que llamó “Vives con los niños”, lo cual pudiera ser el comienzo de demostrar la necesidad de implementar la “Cátedra Vallenata” que hemos propuesto en diferentes oportunidades sin suerte. También presentó una muestra de un grupo de acordeoneros reyes vallenatos que se asimila al proyecto “Vallenato al parque” negado por el Consejo Departamental de Patrimonio.
Demostró Carlos su amor y reconocimiento al valor cultural que representa el vallenato tradicional para la identidad cultural del llamado Magdalena Grande, recordando que pertenecemos a una misma expresión de tradiciones y saberes, aclarando que su trabajo musical no es folclor, sino que se base en la tradición para su realización personal como hacedor de música popular. Esperamos que sirva su conversatorio para que nuestra dirigencia asimile la “importancia y dimensión” que tiene este proceso de patrimonialización de la identidad cultural del Magdalena Grande.
Por Carlos Llanos Diazgranados