Sorprende y preocupa a la comunidad académica la noticia que ha dado a conocer la representante del presidente Petro ante el Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad Popular del Cesar (UPC), Felicia Mercedes Bracho Oñate, de la creación de carreras técnicas para dicha alma mater
Sin lugar a dudas se trata de una contrariedad de tal magnitud que hasta los estudiantes y docentes han manifestado su reproche por una decisión tan disímil, contraria al verdadero espíritu para la cual fue creada esta institución de enseñanza superior, hace 48 años, a través de la Ley 34 del 19 de noviembre de 1976. Para eso está el SENA.
La funcionaria dijo que respondiendo a los lineamientos del programa de Tránsito Inmediato que hace parte de la estrategia Universidad y su Territorio del Gobierno nacional, fue aprobado por el CSU un proyecto de acuerdo través del cual se adiciona el capítulo de programas técnicos o por ciclos. Por lo tanto, para el próximo semestre la UPC ofertará programas técnicos a estudiantes que hayan culminado el grado 9.
“Con esto se busca disminuir las brechas de acceso a la educación superior en el Cesar y especialmente al área de la ruralidad”, dijo Bracho.
Lo que no sabe dicha funcionaria o lo pasó de “agache” es que dichos ciclos propedéuticos como verdaderamente se denominan ya fueron un rotundo fracaso en la UPC hace más de 15 años, dejando una estela de frustraciones entre la comunidad estudiantil y familiares que creyeron que primero harían un técnico de un año, luego un tecnólogo y a los dos años la profesión.
Seguramente habla con desconocimiento del tema o la asesoraron muy mal. También se refiere a la ampliación de cobertura, cuando los índices señalan que la UPC está atestada de estudiantes de educación superior que no permiten ampliar esa cobertura porque está en crisis económica como otras del país.
Si no hay cupo para pregrado ni cómo financiar nuevas carreras, es obvia la pregunta: ¿dónde van a meter a 250 o 300 aspirantes a técnicos?
También pregunto ¿qué va a hacer el gobierno cuando los cientos de técnicos se gradúen y deseen seguir una carrera profesional?
¿Por qué la UPC como alma mater no le apuesta a programas superiores de maestrías, doctorados y posdoctorados? ¿O es que los del rural y los marginados no merecen estudiar una profesión o un posgrado?
Yo no entiendo y casi igual me lo dijeron ayer de manera informal los insignes profesores Jesús Valencia y Alfredo Rodríguez que, insistir en ciclos propedéuticos en universidades es un “engaña bobos”. La experiencia que tuvo la UPC fue catastrófica, muy letal.
La universidad no ha salido de su crisis presupuestal ni mucho menos de su crisis locativa, en vez de estar pensando en reactivar un fracaso, el MEN junto con el CSU deberían estar pensando en aprobar la cobertura en educación superior. Pero, con dinero, mejorar los salarios a los docentes, definir la suerte de la veintena de provisionales, adecuar los salones de clases con aires acondicionados, dotar la sala de profesores; es decir, regresarle la dignidad que se merecen los docentes como parte activa del proceso educativo.
Hay que honrar a los docentes, pero con equidad, no con discursos insulsos y aplicar políticas públicas en educación. Los docentes se merecen –por lo menos- una sala de profesores acorde al momento, con computadores y cafetería, que a los catedráticos les den su espacio legal y remunerativo en reuniones de área, una biblioteca dotada y actualizada.
Los 8 municipios PDET del Cesar como Valledupar, La Paz, San Diego, La Jagua, Codazzi, Becerril, Pueblo Bello y Manaure están esperando inversiones para salir de la adversidad. También esperan políticas públicas educativas pero relevantes, que transformen. Hasta la próxima semana. tiochro@hotmail.com @tiochiro.
Aquilino Cotes Zuleta