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Control Fiscal

El panorama deplorable presentado por el Alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, sobre la crítica situación financiera de Valledupar amerita una profunda investigación por parte de los organismos de control, y en particular de la Contraloría Municipal de Valledupar, ahora en cabeza de la abogada Mercedes Vásquez Ramírez, y también de la Contraloría General de la República, que gerencia en esta zona del país el joven abogado José Soto Murgas.
Hizo bien el Alcalde Socarrás Reales, insistimos, al presentar a la comunidad, a través de los medios de comunicación, algunos detalles de la situación económica y financiera que encontró, por cuanto haber omitido ese ejercicio de corte público de cuentas podría representar, en el futuro, un silencio cómplice sobre la verdadera situación en la que dejó a Valledupar, la administración de Luis Fabián Fernández.
La ciudadanía de Valledupar está a la expectativa de conocer, en su debido momento – según los términos y tiempos jurídicos-, la verdadera situación del Municipio, en sus aspectos administrativos y financieros. Ya son conocidos los problemas de corrupción en torno parte del personal y de intermediarios que rodearon o rodean?, a la Secretaría de Hacienda, que requiere una purga a fondo y nuevos sistemas, más seguros e infranqueables, para que la situación que se registró en el pasado no se vuelva a repetir.
La comunidad no quedó para nada satisfecha con las declaraciones alegres dadas por Fernández Maestre, en el sentido que se trata de un problema solamente financiero y que es lógico que al principio de la administración exista una escasez de recursos y también un montón de obligaciones pendientes.
El buen uso de los recursos públicos implica una adecuada planeación del gasto, un adecuado cronograma de ingresos y pagos y un endeudamiento razonable, teniendo en cuenta la capacidad de pago de la ciudad y los escenarios económicos de la misma; por eso se habla de proyecciones y presupuesto. Decir que todo se limita, de manera irrespetuosa, a un problema de “ignorancia” sobre el manejo de la Hacienda Pública, no deja de ser una frase folclórica y una verdadera falta de respeto hacia el Alcalde y su equipo de trabajo.
De allí la gran responsabilidad, insistimos, que tienen la nueva Contralora Municipal, como también la Personería Municipal, la Contraloría General y la Procuraduría General de la Nación, cada una en lo de su competencia, de adelantar con celeridad las auditorías e investigaciones a que haya lugar, para indagar a fondo la gravedad del problema e informar a la ciudadanía sobre la realidad financiera de la ciudad. Sería bueno conocer, a fondo, el impacto de las concesiones en este tema, y si hasta donde hubo problemas de ineficiencia o corrupción, como  se detectó en la Hacienda Pública en la pasada administración; hoy objeto de una investigación judicial.
Corresponde a estos mismos organismos de control, y también a la nueva administración, propiciar el control social y la veeduría ciudadana en el manejo de los recursos y bienes públicos, reiteramos, y despejar las dudas, intrigas y consejas que se tejen sobre la misma. Este es un ejercicio necesario para volver a recuperar la confianza de los contribuyentes y de la ciudadanía, en general, en las instituciones municipales.

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