Ayer se desarrollaron en la Universidad Popular del Cesar (UPC) unas elecciones atípicas, para elegir al representante de los estudiantes y egresados ante el Consejo Superior Universitario (CSU).
Ojalá que los electores hayan hecho una minuciosa escogencia del candidato que representa –verdaderamente- sus intereses y no uno que tenga compromisos político con los políticos.
Se trataba de suplir la silla vacía que quedó después que el Consejo de Estado anulara la elección de la estudiante Rosy Margarita Cotes Cortes, hace más de un año.
Esta jornada electoral universitaria de ayer estuvo salpicada por diversas conjeturas de los mismos estudiantes que señalaron que la transparencia para aceptar los candidatos no fue la más genuina.
Inclusive, durante el proceso eleccionario se presentaron alteraciones entre algunos candidatos que anunciaron intimidaciones contra sus campañas.
Preocupa que personas extrañas a la institución universitaria hayan asomado sus tentáculos en esta jornada electoral con candidato propio, en un afán por apoderarse del control de una institución que no debería tener la mínima sospecha de la intervención de los politiqueros de la región.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan han sido testigos de excepción que un contratista quien se da ínfulas de ser la mano derecha de la Gobernación del Cesar estuvo enviando el lunes y martes wasap a diestra y siniestra a estudiantes y egresados indicando que debían votar por el candidato Luis Padilla, dejando entrever que era el candidato de la Gobernación.
Inclusive en los corrillos de la Universidad se habló que la “Casa Cielo” tenía su candidato y señalaban a Padilla como el escogido. En tertulias de estudiantes y docentes en la Universidad también se manifestaba que el interés de los gamonales políticos era asegurar la elección del estudiante para sumar votos en el Consejo Superior Universitario y alzarse con la rectoría de la UPC. Porque dentro de pocos días el CSU deberá designar nuevo Rector.
Pero no basta con eso, también se especuló en la jornada proselitista que varios de los candidatos a la rectoría patrocinaron candidatos de los estudiantes, no se sabe si con ríos de billetes.
De ser así, vivimos una aciaga realidad no solamente en nuestra tristemente célebre democracia universitaria, que se ciñe el velo de la ignominia y desvela lo que queda de una universidad que pide a gritos nuevos procesos en lo administrativo y en lo académico.
Ojalá que los estudiantes estén equivocados y todas esas conjeturas que iban y venían en las campañas sean meras especulaciones; pero, para confirmar si son ciertas le corresponde a las autoridades judiciales y disciplinarias iniciar las investigaciones para desenmascarar a los que no quieren soltar ‘la gallina de los huevos de oro como muchos afirman que es el presupuesto de más de 60 mil millones de pesos de la UPC.
“Toca”, como dice Tío Nan, que las entidades de control y judiciales arrimen a la UPC e indaguen si es que hay gente interesada y amangualada preparando el terreno para que la universidad sirva de plataforma para alguno de los candidatos en las próximas elecciones de octubre. Hasta la próxima semana.
tiochiro@hotmail.com