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Contralores territoriales de bolsillo

Cuando en el mes de marzo del año 2017, Edgardo Maya Villazón señaló que las Contralorías Territoriales eran “un nido de corrupción”, plasmó con una frase lo que es una realidad en términos de podredumbre de muchos de los que han sido elegidos por las Asambleas departamentales o por los Concejos municipales y distritales, para ocupar el cargo de contralor. “Para que haya control fiscal efectivo se tienen que eliminar contralorías regionales”, señaló recientemente el excontralor Maya.

Muchas veces hasta culminar su período, escuché decir lo mismo, al entonces Contralor en eventos públicos de la Contraloría, y muchas veces pensé que su postura era un asunto de terquedad. Hoy, pienso que por el contrario, debió ser más insistente. Muchos de los Contralores departamentales, municipales y distritales no sirven y es posible que muchos de los que vengan, no vayan a servir.

Surge el interrogante, ¿el problema es de las Contralorías Territoriales o de los contralores que eligen para estar al frente de las mismas?, pero además cabe preguntarse, ¿es viable que un país tenga más de 60 Contralorías al tiempo?

En Ibagué en enero de 2016 hubo un Contralor municipal, en abril otro; en junio de 2017 otro más y desde agosto de 2018 otro personaje distinto ocupa el cargo de Contralor de esa ciudad. Sin mencionar, que uno de los contralores de Ibagué fue suspendido del cargo por inhabilidad.

En Cartagena, Neiva y Valledupar el factor común son las inhabilidades de quienes resultan elegidos para el cargo de contralor municipal. Neiva con un Contralor en enero del 2016, otro en septiembre de 2018 y otro más en mayo de 2019. Cartagena, dos en los últimos años y Valledupar 4 señores han ocupado el llamativo cargo de contralor municipal de Valledupar en el último cuatrienio.

El dedo en la llaga también en las fuentes de recursos que auditan: ¿qué importante hay para mostrar?

Contralores de bolsillo, y varios llenándose sus propios bolsillos. La crisis que expuso Maya Villazón sobre sector fiscal es real y desbordante.

Claro está, también es pertinente destacar que la crisis del control fiscal territorial tiene mucho que ver con la condición de quienes llegan al cargo de cabezas del control fiscal territorial.

De bolsillo y varios con vocación de llenarse los propios.

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Josefina Castro Gonzalez: