Prácticamente en la recta final estamos experimentando cómo sube la temperatura en este escenario de la actividad político electoral rumbo al Congreso de la República que permitirá definir nombres de los futuros representantes a la Cámara y respectivos senadores.
Como es sabido por todos, la fecha indicada es el 13 de marzo del corriente año, lo que quiere decir que estamos sobre la arena política a escasos dos meses para cumplir con este compromiso democrático.
Como se puede apreciar, los días que faltan para asistir al escenario participativo de la democracia, han propiciado desesperación, desazón y angustia entre los más destacados líderes políticos en Colombia.
Preguntamos: ¿Existe equidad en la actual contienda electoral? El principio de equidad o de igualdad de oportunidades en las contiendas electorales es garantía característica de los sistemas democráticos contemporáneos, en el que el acceso al poder se organiza a través de una competencia entre las diferentes fuerzas políticas para obtener el voto de los electores.
Aunque el objetivo de un proceso electoral es fortalecer el régimen de partidos políticos y de movimientos, en sí es impulsar la participación ciudadana y la educación cívica como factores centrales para el fortalecimiento de la vida democrática, que no encontramos por ningún lado, si aparecen y persisten los exponentes de la política tradicional que se creen los dueños, amos y señores de la institucionalidad en este país.
El desacierto administrativo y financiero que se observa en el país, se refleja en el cansancio, hastío, rechazo y menosprecio de los ciudadanos que ven cómo día a día la credibilidad en la institucionalidad se degrada, como consecuencia de la falta de gobernantes y congresistas que brinden oportunidades para todos y suficiente gestión de desarrollo social e integral prosperidad.
Testimonio fehaciente de lo aquí expresado, lo constituye no solo el rechazo de los jóvenes involucrados en las lides de la actividad ideológica, sino también dirigentes, representantes de importantes partidos políticos a nivel sectorial, regional y nacional.
Polariza y desgasta el mal manejo que se le está dando a esta contienda electoral, fenómeno que no se veía en cuatrienios anteriores, dirigiéndose a extremos ideológicos. Notamos también la debilidad de tomar posición en el interior de los partidos, además observamos divisiones que conllevan a la crisis de estas instituciones partidistas, apareciendo simpatizantes, militantes de extrema izquierda y de extrema derecha.
Por lo que vive el país, males que subsisten, persisten sin que aparezcan soluciones al respecto, aumentándose otro, la polarización con odio. Insistimos que es urgente, necesario y perentorio inyectar ajustes normativos e institucionales al tradicional sistema de ejercer la actividad política con decoro en el país, con cambios profundos y estructurales que propicien renovación, confianza, veracidad y tranquilidad.
Desde esta columna de opinión, llamamos a la concertación, al consenso y al disenso, no a las situaciones amañadas que con ocasión de la contienda electoral se dan. Respetamos la opinión y decisión de los otros. En el escenario de la democracia todos tienen derecho.
Por Jairo Franco Salas