Para que los territorios progresen, se necesitan expertos. Esto nos lleva a hablar de un tópico rara vez discutido por los legisladores, que es el déficit de jóvenes profesionales trabajando por el desarrollo de sus propias regiones. No hemos conocido nunca planes estratégicos referentes al éxodo desde las zonas rurales hacia los centros más poblados que incluyan la migración de las juventudes que, para poder estudiar, necesitan desplazarse de sus hogares y de sus municipios o veredas, hacia las ciudades, que ya sobrepasan sus capacidades inmediatas.
En todo el territorio nacional, hay cientos de miles de jóvenes inteligentes y entusiastas, deseosos de estudiar las carreras necesarias para el progreso de sus regiones. Sin embargo, no pueden hacerlo, por la ausencia de establecimientos de educación superior en sus localidades o, porque, en caso de que estas, milagrosamente, existan, no ofrecen las carreras claves del perfil económico de su ámbito territorial. Contando con suerte, sólo encuentran la oferta de unos pocos pregrados tradicionales, como Derecho, Ingeniería o Administración de Empresas.
Es desolador que las multinacionales estén trayendo a Colombia a profesionales extranjeros, pues no encuentran en el país a personas entrenadas en las disciplinas relacionadas con el campo de acción de estas empresas. Y es lamentable que, en caso de que estas compañías busquen contratar a especialistas colombianos, tengan que ser en Bogotá donde encuentren al personal idóneo para trabajar en las diversas regiones del país.
Esto es algo sumamente grave. Al buscar una solución para estas dificultades, hemos pensado que podríamos acudir a las ofertas de las nuevas tecnologías. A este respecto, no solo hemos sensibilizado al Gobierno Nacional en cuanto a la necesidad de avanzar en el desarrollo de la Universidad Digital de Antioquia, sino que hemos ido esbozando una plataforma tecnológica nacional de educación superior gratuita de alta calidad, a través de Internet. A través de ella, nuestros jóvenes de todo el país podrían estudiar programas de calidad internacional, desde sus poblaciones de origen, de manera que puedan formarse profesionalmente sin tener que desplazarse y abandonar sus regiones.
Para alcanzar los estándares esperados y para poder ofrecer los programas necesarios, el camino sería el de buscar contactos con importantes universidades en el Exterior, para implementar programas universitarios en línea, que contribuyan a que nuestros jóvenes llenen los perfiles profesionales necesarios para la cimentación de las vocaciones económicas que se establezcan para cada región.
Pero para el éxito de tales programas virtuales, es preciso superar otro de los inconvenientes actuales de Colombia, que es el hecho de que, a pesar de que no podemos negar la buena gestión del ministro Luna, las zonas rurales y los pequeños y medianos municipios se encuentran desfasados de la modernización tecnológica de la que gozan las ciudades más ricas. Estamos entrando tímidamente a las esferas de la Internet y a las oportunidades que genera este tipo de recursos tecnológicos. Colombia tiene que estar al día en esta materia, en pos de que los habitantes de todos los territorios aprovechen el potencial que esto representa.
La construcción de una Colombia próspera y en equidad necesita, sin duda, la autogestión y la autodeterminación del desarrollo local, de conformidad con las realidades, los retos y la proyección de cada territorio, respetando la diversidad étnica y cultural de las comunidades que lo integran. Esperamos que el próximo Congreso nos acompañe en la materialización de esta ruta.
*Vicepresidenta Comisión VII del Senado.