Por Gustavo Cotes Medina
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BIC), Luis Alberto Moreno, invita a la dirigencia política del país un acuerdo entre todos los sectores, inclusive los antagónicos, para que en el Congreso se puedan adelantar grandes reformas específicas.
Colombia ha logrado en los últimos años una innegable transformación con una economía firme y creciente en una América Latina que está sintiendo la reducción en los buenos precios de los productos básicos, en los estímulos monetarios de la Reserva Federal, en el aumento de las tasas de interés y en el crecimiento moderado de China.
Lo anterior se traduce en una disminución en la intensidad de los vientos a favor y nos compromete en un manejo más “personalizado” y por cuenta propia.
Hoy, tenemos que intensificar la integración económica con los países de la región, especialmente con Chile, Perú y México, que nos permita sortear con éxito nuestras dificultades y para que en el radar de los inversionistas aparezca la señal que somos un país confiable y en el cual vale la pena invertir.
La inversión externa alcanza los 13.000 millones de dólares, una cifra importante e impactante confirmando que en el mercado internacional nos están mirando con buenos ojos y con otras perspectivas.
El hecho que nuestro país tenga un crecimiento por encima del 4 por ciento con un mercado interno que en los últimos años ha crecido en forma muy significativa, envía mensajes a la comunidad internacional que hablan muy bien de la capacidad que tenemos de resolver con éxito los retos y las dificultades, a pesar que somos un país de regiones muy heterogéneas y difícil de administrar.
Es muy importante que en el Congreso colombiano se logren consensos mínimos sobre los temas de infraestructura, lucha contra la corrupción, crecimiento de la clase media con un mejor Estado que signifique mejorar sus condiciones de vida, soluciones al manejo de la tierra y, sobre todo, tenemos que darle una oportunidad a la paz mediante una solución negociada, con una reflexión juiciosa, tolerante y sin escepticismos.
Nuestros líderes tienen que demostrar sus condiciones de estadistas porque está claro que cuando se dedican a pelear con egoísmos, intereses personales y partidistas, el que sufre y el que pierde es el país, es el pueblo colombiano.
Por eso, Luis Alberto Moreno le propone a la dirigencia política pensar con cabeza fría y el corazón caliente para llegar a consensos mínimos sobre reformas fundamentales para beneficio de todo el país. ¡El plato está servido, no permitamos que se agote la esperanza!