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Connotaciones del Timochenko viajero

Las diferentes percepciones que han defendido o atacado los generadores de opinión, los representantes de la institucionalidad y el ciudadano de a pie, acerca de los viajes a La Habana de Rodrigo Londoño Echeverri alias Timochenko o Timoleón Jiménez, máximo jefe de las Farc, muestra la profunda y equivocada polarización política que por cuenta de las conversaciones de Paz se está incubando en el país.
Peligrosa por demás, porque al tiempo que se pone la institucionalidad al servicio del grupo insurgente, esta misma, con todo su poderío mediático se quiere utilizar para cauterizar cualquier brote de desacuerdo. Aun cuando los errores del gobierno le quiten fuerza a los argumentos utilizados para satanizar a todo aquello que piense diferente al establecimiento.
Así es, porque de la misma manera que de los viajes de Timochenko a Cuba han surgido las dudas que el gobierno aumenta cada vez que revela algo, también se puede leer entre líneas algunas motivaciones de la ambientación mediática utilizada para manipular a la opinión pública.
Por citar un ejemplo, las dudas que teníamos acerca de la credibilidad del famoso hacker, Andrés Sepúlveda, hoy han sido absueltas en su contra porque mientras la Fiscalía General de la República graduó al excéntrico personaje de rutilante estrella, con programa de televisión y confesión ‘Al aire’, dizque porque a sueldo había extraído informaciones súper secretas que comprometían la seguridad nacional, no me explico cómo los viajes de Timoleón Jiménez solo fueron revelados por el gobierno nacional a través del titular del Ministerio de Defensa y que por cierto tampoco sabía de ellas.
¿Será que las inocuas informaciones de Sepúlveda solo servían para poner en riesgo la candidatura contraria al presidente Santos?
En cualquier caso, el episodio de Timochenko y demás cabecillas que al parecer estuvieron o están en la paradisiaca isla, debe servir para cambiar el esquema de las conversaciones y por fin hacerlas de frente al país, sobre todo porque lo que se resuelva allí afecta a todos y por lo tanto nos interesa; aparte de que se ha vuelto un axioma político que a un presidente le cobran más las mentiras que los errores.
Es decir que debemos olvidar el sofisma de arropar con una falsa prudencia los desatinos oficiales, que por cierto hasta excusables son por lo novedoso del proceso. No olvidemos que la transparencia de las negociaciones transmite confianza popular para que las decisiones de la mesa sean aceptadas, eso se llama gobernabilidad.
Entonces la idea es que se le baje el tono a la disputa particular que ha fastidiado al país; el gobierno, propiciando realmente la reconciliación entre colombianos y dejando de calificar a los muertos producto del conflicto como buenos o malos de acuerdo a su circunstancial identificación política con quienes los asesinaron y la oposición, aplazando el cuestionamiento político hasta el resultado final del proceso, evitando así ser calificados enemigos de la Paz.
Todo sin perder de vista que si queremos Paz, debemos perderle el miedo al grado de impunidad que esta trae consigo.

Un abrazo.- amaraujo3@hotmail.com -@antoniomariaA

Antonio_Maria_Araujo: