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Concepción de las concesiones: ¿Así es el negocio socio?

POR VICTOR EMILIO MARTINEZ GUTIERREZ/ DENUNCIA ESPECIAL PARA EL PILÓN 

Tema de actualidad para los vallenatos recién iniciado el año 2023 es la decisión de la administración municipal de entregar en concesión el funcionamiento, la operación y la administración de un bien público municipal, denominado Tránsito Municipal, cuya aprobación recibió unánimemente la votación de los 19 concejales, es decir por allí no hubo oposición alguna, ni constancia alguna de lo improcedente de entregar un servicio público a particulares por 30 años.

Es decir, cuando ya la edad biológica de nuestra generación en gracia de Dios estará en el descanso eterno. Nuestro municipio al parecer está condenado a que sus bienes públicos sean administrados por la empresa privada, por lo que no existe alcalde en los últimos 25 años que resista la tentación de dar en regalo a esta modalidad empresarial sus fines legales y constitucionales. 

LAS CONCESIONADAS 

Ejemplo de ello es la concesión del aseo, la concesión del alumbrado público, publicidad avisos y tableros; el tránsito recientemente, y si el tiempo alcanza hasta Emdupar caerá en manos privadas; Dios quiera se pueda evitar si las intenciones que no han faltado se reactiven como ya se ha conocido esas pretensiones. 

Empresa Emdupar.

Para que quienes nos leen y se interesan por el tema les recuerdo que las concesiones es una modalidad empresarial que consiste en “el otorgamiento del derecho de explotación, por un período determinado, de bienes y servicios por parte de una administración pública o empresa a otra, generalmente privada”.

“La concesión tiene por objeto la administración de los bienes públicos mediante el uso, aprovechamiento, explotación de las instalaciones o la construcción de obras y nuevas terminales de cualquier índole sea marítima, terrestre o aérea de los bienes del dominio público”.

Es decir, el negocio está plenamente autorizada en Colombia por la Ley 1508 de enero 10 de 2012. Legalidad que no cuestionamos; muy distinto es que quienes negocian estos servicios le genere un detrimento patrimonial a los ciudadanos, que esperan de sus administradores la mayor transparencia en el manejo de lo público. 

Confieso que no conozco los detalles ni los argumentos que tuvo el alcalde ni los concejales para dar este paso, pero me llama la atención la unanimidad del Concejo Municipal en dar su voto sin que se conozca públicamente una voz que nos diga la conveniencia o la inconveniencia del negocio.

De suerte que al ritmo de concesiones solamente faltara que se entregue a particulares la silla de la alcaldía, cuya concepción de gobierno en el futuro de Valledupar quedara sin atractivo para quienes aspiren a dirigirla, que como en el paseo de Escalona quedaremos, quien prefiere en su canto el chinchorro que la silla del gobernador, es decir vacía.

Víctor Martínez Gutiérrez.
Categories: Especial
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