El Concejo Municipal es una corporación de carácter político administrativo, que de acuerdo con nuestra constitución cuenta con unas funciones de tipo administrativas que van encaminadas al estudio, debate, presentación, modificación y aprobación de proyectos de acuerdos y otras de control político que van dirigidas a limitar el poder de las autoridades municipales.
Estas funciones tienen como único objetivo el de asegurar la buena marcha del municipio, el mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de sus pobladores, garantizando el ejercicio transparente, ajustado a las disposiciones constitucionales y legales del poder y la administración pública que propendan por el aseguramiento del bienestar político, económico y social de su gente.
El Concejo Municipal recibe una delegación de poder que le otorgan los ciudadanos para que se conviertan en los guardianes del bienestar colectivo, en sus representantes ante las autoridades y son los autorizados en la toma de decisiones transcendentales en materia tributaria, de planeación, desarrollo y ordenamiento territorial que permita la construcción de una hoja de ruta que encamine al municipio hacia el progreso y desarrollo.
Muy a pesar que la Constitución y la ley brindan las garantías a los concejos para que cumplan un papel fundamental en el proceso de gestión pública, velen por el cumplimiento de los fines del Estado y los intereses de los habitantes de su municipio, muchas de estas corporaciones no vienen cumpliendo a cabalidad estas funciones dejando a la deriva la gestión pública local, permitiendo el abuso de los gobernantes, el despilfarro del dinero público, la mala inversión y la insatisfacción de las necesidades básicas de su municipio.
A través de los años hemos notado y palpado como los concejos municipales perdieron su importancia política y entraron en decadencia, desprendiéndose de sus funciones al facultar o autorizar al burgomaestre para que a su libre albedrío ejecute los programas y proyectos sin ningún tipo de seguimiento y control, dejando la puerta abierta para que la corrupción pueda interferir en el logro de los objetivos propuestos en el Plan de Desarrollo.
Es imperioso que estas corporaciones retomen su importancia y cumplan a cabalidad sus funciones, para que efectúen un papel fundamental en la gestión pública y como garante del interés general en los procesos de planeación del desarrollo municipal, optimizar los recursos, proteger la contratación para que se realice bajo los principios de planeación, transparencia, responsabilidad y economía que permitan una buena inversión y realizar el proceso de seguimiento y control político que permitan lograr unos mayores niveles de desempeño de las administraciones municipales y hacer más efectiva la gestión pública que promuevan en los municipios el bienestar de su población y su crecimiento económico y social.
Los concejos municipales deben propiciar el acercamiento de las comunidades y sus necesidades con las autoridades, generar niveles de legitimidad en la toma de decisiones y promover el ejercicio de buenas prácticas administrativas que posibiliten el eficiente cumplimiento de los fines del Estado y garantizar los derechos de los ciudadanos, de lo contrario deberían ser clausurados o eliminados de la vida jurídica y democrática del país, por incompetentes, alcahuetas y permisivos con los gobernantes que van en contravía con el buen gobierno.
Por Diógenes Pino Sanjur