Wilfrido Ortiz tiene 32 años, es ingeniero electrónico y es concejal de Valledupar. Este joven llegó al Divino Niño desde muy temprana edad y desde entonces no ha abandonado al barrio que lo vio crecer.
La comunidad del barrio Divino Niño lo quiere y lo admira, por donde pasa lo saludan con gran cariño y esto se debe, según él, a que siempre ha tenido presente a su comunidad.
Este concejal ha logrado grandes beneficios para su comunidad como el cambio de postes, la seguridad y pavimentación, pero asegura que le hace falta cumplir muchas cosas más, como apoyar a los jóvenes del sector en temas de estudio, empleo y más jornadas deportivas y recreativas para los niños.
“Soy indígena kankuamo y también he apoyado a mi población, quiero hacer muchas cosas pero no tengo el poder para cumplirles a todos. Seguiré luchando y trabajando por mi comunidad para que se sientan orgullosos de mí”, dijo Wilfrido.
Este joven concejal asegura que a pesar de querer hacer mucho más, las decisiones no están en sus manos. “Solo soy un vocero, la voz de la comunidad, el alcalde es el que tienen la potestad”, aseveró.
A Wilfrido lo que más le gusta de su barrio es la tranquilidad, su gente, sus amigos, “el Divino Niño es un vecindario de calidad humana excelente, su desarrollo ha sido muy bueno y rápido y esto es de gran orgullo para nosotros que somos sus residentes”, dijo el concejal.