La verdad que no pensé tener que escribir una nota por este medio para efectos de llamar la atención de alguien, de manera individual, para sopesar su accionar e invitarlo a darle un poco de importancia a los valores, principios y responsabilidad.
Quienes me conocen saben de mis condiciones personales, de mi accionar como un ser social por naturaleza y mi disposición para ayudar y darle la mano a todo el que pueda, incluso a veces en detrimento de mi propio bienestar.
Así soy, es la herencia bendita que me dejaron mis padres afortunadamente, y que muchas veces se vuelve en mi contra; hay razones que hoy no vienen al caso citar.
El caso es el siguiente: el pasado sábado 26 de agosto, en la carrera 7 con calle 14, exactamente al frente de EL PILÓN a eso de las 18.15 horas, estaba una camioneta Kia color plata, eso creo, de placas: IHB – 352; en su interior el señor Alexander David Gómez Ochoa, doy su nombre completo pues tengo una foto de su documento de identidad; estacionado en una vía de prohibido parquear.
Yo iba conduciendo una moto y al momento de pasar por el lado del carro, abrieron la puerta de manera abrupta, generando que me golpeara fuertemente con el filo de la puerta.
El impacto me sacó de la moto y caí de espaldas al andén, golpeándome la cabeza con el bordillo. El golpe me dejó inconsciente por unos minutos, con la cabeza herida y con una contusión protuberante. Al reaccionar traté de levantarme, escuché voces que me pedían quedarme allí, sin embargo, como pude me levanté a solicitarle ayuda a ‘La Mona’ Edith Mendoza, vecina del lugar, quien me acompañó en la ambulancia a la clínica.
El filo de la puerta me causó una herida en la rodilla, golpes en el brazo, el tórax y en el hombro.
Fui trasladado a la clínica médicos, de alta complejidad, me brindaron la atención pertinente, tomografía en el cráneo; rayos x de: rodilla, brazo y tórax.
No hubo fractura, pero sí golpes muy fuertes.
Algo más, el señor Alexander Gómez dejó el número de celular y una foto de su cédula en el hostal Buenos Aires de la señora Edith Mendoza; mi hijo llama al celular del señor Gómez, y este le manifestó que yo fui el responsable del accidente, según él yo iba en la moto sin luces y que les había golpeado por detrás el carro, cosa que no es cierta.
Me enteré que el joven Gómez es candidato al concejo de Valledupar, parece ser que la agenda como candidato no le permiten estar atento de sus actos irresponsables.
Este señor, no accidentó a un perro, ni a un gato o animal callejero cualquiera, pues igual los animales merecen un trato digno.
Hoy debo decir sin temor alguno, que me parece indigno su actuar; esa displicencia no compagina con la responsabilidad que debe mostrar una persona que está aspirando ser concejal de Valledupar.
Después de ocho días el señor Gómez sigue brillando por su ausencia y silencio; yo sigo convaleciente, adolorido e incapacitado. ¿Les parece justo?
No busco su plata, no me interesa sacarle provecho a esta situación, solo pretendo llamarle la atención al ser humano, que golpea a su semejante como si nada.
Y decirle a la comunidad que es imposible votar y escoger a un candidato de estas calidades. Sólo Eso.
Por Eduardo Santos Ortega Vergara.