El primer verano del año es también el más fuerte porque con las largas sequías también llegan los incendios. Ya lo dijo el Ideam: la región Caribe está en Alerta Naranja por incendios consecutivos que han afectado la vida silvestre y vegetal en varias zonas de la región.
Y Valledupar, capital del Cesar, es el municipio más afectado del departamento. Por ejemplo, en la vereda La Guitarra, jurisdicción del corregimiento de Aguas Blancas, luego de un incendio de varias horas, el campo quedó lleno de cenizas; igual en la vía que conduce al corregimiento de Valencia de Jesús, específicamente en la finca denominada El Zajón; y hasta terrenos altos como el de las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la vereda San José, jurisdicción del corregimiento de Guatapurí.
Obviamente, la propagación de incendios sobrepasa la capacidad de los bomberos de la ciudad, quienes realizan todo el fuerzo posible, sin embargo, en zonas montañosas y de difícil acceso es necesario el acompañamiento de la Fuerza Aérea. Además, imposible ignorar la crisis que atraviesa el Cuerpo de Bomberos de Valledupar.
De acuerdo con el comandante Omar Prieto, el incendio que se presentó en la vereda La Guitarra fue atendido por el personal de la línea de fuego hasta altas horas de la noche el pasado martes, pero debido a la temporada seca los incendios se vuelven continuos porque “una brasa que quede debajo de un material o residuo del incendio pueden volver a encenderse”.
El fuego también se propagó en las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la vereda San José, jurisdicción del corregimiento de Guatapurí. Obviamente, los incendios han dejado secuelas en el ecosistema debido al amplio porcentaje de vida silvestre que habita en esa zona. Allí la flora, fauna y el agua han sido afectadas seriamente por las llamas.
Todo esto obviamente requiere que la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres Municipal, la Oficina Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres y Cambio Climático y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar, trabajen en acciones conjuntas para mitigar el impacto que la temporada seca está causando en los corregimientos y veredas.
Y por supuesto, y no menos importante, se requiere la solidaridad y responsabilidad de la comunidad. Muchas veces, más allá del calor, manos criminales y las imprudencias son las causas de los incendios. Evitar tragedias humanas o ambientales está en manos de todo, sobre todo en esta época cuando las condiciones favorecen la propagación del fuego. Responsabilidad, cuidado y trabajo en conjunto para prevenir y mitigar los daños de los incendios.