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Con la salud de los niños no se juega

El escándalo desatado a nivel nacional por las altas cifras de desnutrición infantil en el departamento de La Guajira bajó el volumen de manera tan rápida como se lo subieron. Ya los medios nacionales olvidaron lo que hace unos meses fue noticia de primera página y de grandes y sugestivos titulares. En el territorio guajiro aún persisten los problemas de desnutrición, el hambre acosa a los niños y jóvenes de la Alta y Media Guajira, porque es muy difícil nutrir de un mes a otro a 37 mil menores desnutridos.

El panorama en el Cesar es más alentador. En el Plan de Desarrollo del Departamento se registra que la “desnutrición crónica viene en descenso, pasando del 19 % al 12 % en la población menor de cuatro años, y con referencia a los índices nacionales y a la Costa Caribe, el Cesar es el segundo después del Atlántico”.

Es importante que las autoridades cesarenses de Salud no bajen la guardia frente a la desnutrición infantil, para que las cifras de muertes por esta causa sigan en descenso. En el Cesar las estrategias para combatir la desnutrición han dado resultados positivos, al pasar de 21,6 muertes por cada cien mil niños, a 9,06 en 2013, según cifras Dane.

Ha sido clave la tarea de los Centros de Recuperación Nutricional Intrahospitalarios que hacen parte de una estrategia de la Secretaría de Salud Departamental, que bien puede emularse en La Guajira. Si ha dado resultado en el Cesar, seguramente también lo dará en La Guajira.

Aguachica, Astrea, Chimichagua, Codazzi, Curumaní, Gamarra, Pueblo Bello, Tamalameque y Valledupar, cuentan con centros de este tipo que han ayudado a recuperar nutricionalmente a menores de cero a cinco años. Este es un trabajo que se debe iniciar desde el embarazo, porque un gran porcentaje de madres gestante son menores de edad que padecen desnutrición, que se alimentan mal durante el embarazo y por ende nacen niños desnutridos. El trabajo es más complejo de lo que se podría pensar. Por eso es importante que los líderes comunitarios que hacen de guía de sus comunidades, multipliquen la información sobre la necesidad de exigirles a los gobernantes inversiones para atender a la primera infancia, a la niñez y a los jóvenes. En cada municipio del Cesar debería existir un Centro de Recuperación Nutricional.

El Cesar ya no ocupa los primeros puestos en desnutrición o muerte por esta causa. Según fuentes oficiales de la Secretaría de Salud entre 2012 y 2014, los centros de recuperación nutricional recuperaron a más de dos mil menores. Ese es el camino, ojalá no lo pierdan de vista.

Categories: Editorial Opinión
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