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En un mes vio morir a 3 familiares por el covid-19: el duro relato de una vallenata

En sus paredes, Carmen Tapias tiene la foto de sus familiares. Foto de Ketty Gutiérrez.

Han pasado más de 20 meses desde que empezó la pandemia originada por el covid-19. En Valledupar más de 1.392 personas han fallecido a causa del virus y sus familias han vivido en carne propia el dolor de haber perdido a un ser querido, muchos en condiciones en las que las despedidas en el lecho de muerte estaban restringidas. Estas circunstancias, sumadas a muchas otras, le adicionan un enorme sentimiento de dolor, culpa y tristeza al ya traumático proceso de despedir a un familiar.

Carmen Alicia Tapias, una ama de casa de 64 años de edad, ha sido la prueba viviente de los duros golpes que ha dejado esta pandemia, en su caso, 4 de sus familiares fallecieron a causa del letal virus, 3 de ellos en un solo mes, ¡una situación bastante dolorosa y difícil de superar! Sin embargo, contó que Dios le ha dado fortaleza para afrontar esta torturante batalla.

El mes de septiembre del 2020 fue testigo de como 3 de los familiares de Tapias perdían la vida mientras estaban internados en una clínica de Valledupar, quienes ingresaron al centro médico y su salud, con el paso de los días, se fue desgastando. “Perdí primero a mi papá el 5 de septiembre del 2020, mi mamá murió el 17 del mismo mes y mi hermana el 29, y una sobrina falleció el 12 de junio de este año, todos murieron a causa del covid-19”, rememoró con nostalgia y ojos que reflejaban tristeza.

Los familiares de personas fallecidas por covid-19 no logran despedirse bien de sus parientes. Foto de Joaquín Ramírez.

Con un nudo en la garganta y voz quebrantada contó que sus padres y hermana iniciaron presentando fiebre, pero asegura, que fue de un día para otro que terminaron intubados en la clínica. “Ellos salieron de aquí bastante graves, aunque sabíamos que mi papá tenía sus pulmones en mal estado por una infección pulmonar que le dio antes de la pandemia; pero a mi mamá y hermana se las llevaron apretadas, casi sin poder respirar. En la clínica las intubaron, pero a mi papá no, porque él no aguantó mucho tiempo”. 

17 DÍAS 

77, 75 y 68 años de vida (edades de los familiares de Carmen Tapias) se resumieron en 17 días de lucha y batalla para tratar de superar el covid-19. 17 días bastaron para que el coronavirus lograra apagar la vida de estas personas, y con ello, arrancar la sonrisa con la que Tapias salía a vender bollos de yuca y maduro por las calles de la Ciudadela 450 años, segunda etapa. 

Esta señora de 64 años contó que durante esos 17 días en los que su mamá y hermana estuvieron intubadas, recibían diariamente el reporte médico a las 11:00 de la mañana. “Dos días antes de fallecer mi hermana, una de mis hermanas la vio por videollamada y hasta levantó la mano para saludarla, pero a los dos días murió. Mi mamá tenía aparatos conectados por todos lados, pero no quise verla así, porque no quería recordarla de esa manera”. Agregó que después de haber sido ingresados a la clínica no los volvió a ver de forma presencial, sino en aquellos ataúdes envueltos en plástico que dejaron enterrados en el Cementerio Santo Eccehomo.

Diariamente esperaban el reporte médico con la ilusión de recibir buenas noticias, no obstante, al cumplirse los 17 días de estar internadas en la clínica, recibieron la trágica noticia por parte de un profesional de la salud. Actualmente, en las paredes de su humilde vivienda reposan las fotografías de aquellos familiares que no ganaron la batalla que les puso el covid-19, con nostalgia y resignación presentó al diario EL PILÓN los retratos de sus seres queridos. 

UNA MUERTE AISLADA

El psicólogo de la unidad de duelo de la funeraria San Vicente de Medellín, Sebastián Acosta, en una ocasión mencionó en un medio nacional que el duelo por covid-19 genera una sensación profunda de impotencia. “En enfermedades como el cáncer, la familia puede hacer el duelo anticipado. Es decir, dialogar, intentar paliar el malestar conjunto. En el covid-19 no se da así. La muerte es aislada, en soledad. Es decir, rapidez, impotencia, aislamiento y soledad, se convierten en un cóctel perfecto para que la muerte por covid-19 sea algo más que un simple sufrimiento”.

Quienes trabajan al frente de los cementerios logran percibir el dolor en medio de los sepelios. Foto de Joaquín Ramírez.

Por otra parte, Héctor Arroyo García, quien hace más de 40 años vende periódicos y alimentos empaquetados frente al Cementerio Central, acotó: “He visto varios sepelios, pero cuando se trata de covid-19 son muy pocos los familiares que pueden acompañar en esos momentos y los que están, deben mantener la distancia. Debe ser doloroso que te acompañen en ese momento tan difícil y que no puedan darte el pésame con un abrazo”. 

VACUNA Y PICOS DE CONTAGIOS

En Valledupar desde el inicio de la pandemia se han aplicado más de 596.985 vacunas, según reportes de la Secretaría de Salud local, en ese sentido, Humberto Martínez, coordinador del Cementerio Central desde el año 2003, indicó que desde la llegada de los biológicos anticovid, los sepelios han disminuido notoriamente. “Particularmente en el Cementerio Central, anteriormente cada mes estábamos enterrando hasta 15 personas por covid-19, pero hoy en día estamos inhumando de 5 a 6 personas, eso quiere decir que ha disminuido más de un 50 % desde la llegada de las vacunas”.

En cuanto a los picos de contagios y muertes, el médico infectólogo José Yesit Rodríguez recordó que el 5 de mayo se reportaron en Valledupar 739 casos positivos y finales de abril, 21 muertes por covid-19. Convirtiéndose en las fechas con mayor número de estragos por la pandemia en la capital cesarense. 

Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN 

Kjgutierrezma.18@gmail.com

Categories: Salud
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