En los primeros días de junio, la familia de Bacilicia Paz, una indígena Wayuu-Painwa del norte de La Guajira, fue llamada a una reunión en la que se convocaba a toda la gente de su comunidad, la de Villaesperanza.
El encuentro tenía como finalidad convencer a los asistentes de firmar un papel en el que dieran el sí a un proyecto de minería de la empresa El Cerrejón, que implicaría en un futuro (se estima que en el 2023) la desviación de 26 kilómetros del cauce del río Ranchería para explotar cerca de 500 millones de toneladas de carbón que yacen bajo sus aguas.
Bacilicia estaba acompañada de su mamá, su hermana y su tía, las cuatro mujeres de este matriarcado eran las encargadas de decidir en su familia sobre este delicado tema. La moneda con la que se estaba negociando el sí al proyecto eran: chivos, vacas, hilazas o algunas máquinas. Al finalizar la reunión Bacilicia, de 50 años, se negó a seguir las órdenes de su madre y a diferencia de sus familiares dijo no al proyecto
DENUNCIA
Líderes indígenas de La Guajira denuncian que hay ofertas y presiones para que se decanten a favor del proyecto minero que busca explotar 500 millones de toneladas de carbón y que implicaría la desviación de26 kilómetrosdel cauce del río Ranchería. El Cerrejón explica que existe un proceso concertado para prevenir, mitigar y compensar cualquier afectación.
Tomado de Semana.com