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Con ácidos y mordiscos

Una estudiante de quince años fue atacada con ácido por una compañera de estudios. Qué terrible arma es el ácido y está haciendo una carrera inatajable. Otra joven estudiante hirió a una condiscípula con un bisturí; lástima, el bisturí siempre se ha visto como un instrumento con el que los médicos hacen milagros. Dos niñas se trenzaron en una pelea en la entrada de su colegio, se arrancaron el pelo y quedaron mal heridas. Un estudiante amenazó con un revólver a un profesor; y ya hace un tiempo uno no lo amenazó, lo asesinó.

Un joven le arrancó de un mordisco un pedazo de la cara a su exnovia. Los mordiscos también están entrando en la lista de los instrumentos para desfogar la ira: recuerdo la legendaria arrancada de oreja que Mike Tyson le hizo a su oponente Evander Holyfiel en Las Vegas en mil novecientos noventa y siete; y a Luis Suárez el futbolista uruguayo cuando mordió a Ivanovic, en un partido en el Mundial de Brasil de 2014, y no era la primera vez que lo hacía. ¿Será que el género humano va terminar matándose a mordiscos a dentelladas?

Pero volvamos a nuestros jovencitos: una niña amenaza a un profesor con decir que abusó de ella sino le hace pasar la materia; una niñita de ocho años, le dijo a la profesora que la iba a mandar a matar con un sicario. Todo esto parece un cuento, pero es cierto y hay mucho más, lo que pasa es que no se puede dar los nombres porque son menores y no se permite.

Todo el mundo lanza expresiones como estas: ¡La juventud de ahora nace violenta; la juventud está perdida, la juventud ya no tiene valores! Otros aseguran: en mi época no se veía esto. Un amigo me comentó: lo máximo que hacíamos cuando nos aburría una clase era echar ‘pica-pica’ en el salón y todo el mundo se salía a rascarse.

Sí, la mayoría de jóvenes están violentos, pero ¿qué han visto desde cuando nacieron? ¿Un país sano? ¿Un ambiente de respeto? Lo que se sabe es que no han vivido nada de eso, sólo violencia con impunidad. Veamos un ejemplo: Si mata a tres personas con un carro a toda velocidad porque va borracho lo máximo que le dan es la casa por cárcel y ahí unos añitos, si es que los padres no lo mandan para el exterior.

Tenemos derecho a alarmarnos por los actos que en distintas modalidades de violencia ejecuta la juventud. No. Ellos la viven en la televisión, en el cine, en los videojuegos, en la violencia intrafamiliar. Lo que tenemos es una juventud confundida, metida en el maremágnum en que se ha convertido el país, con un terror que arrecia cada día y no hay a quién gritarle: “Salve usted la patria”.

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Mary_Daza_Orozco: