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Competitividad y elecciones

Por: Raúl Bermúdez Márquez

Hace tres días, en Barranquilla, el Observatorio del Caribe Colombiano lanzó el libro “Buenas Prácticas Competitivas en las ciudades colombianas: Análisis de Casos”. La obra es una reseña de las experiencias exitosas de ciudades colombianas que se traduce en los avances logrados en los últimos años en 8 factores claves para la competitividad, a saber: Capital Humano, Ciencia y Tecnología, Infraestructura, Finanzas Públicas, Medio Ambiente, Fortaleza Económica y Finanzas Privadas.
El indicador escogido para cada factor fue,respectivamente, Calidad de los Colegios y Mortalidad Infantil (1), Grupos de Investigación activos por cada 10.000 habitantes (2), Cobertura de Alcantarillado (3), Índice de desempeño fiscal (4), Mortalidad en niños menores de 5 años por enfermedades infecciosas intestinales (5), Índice de Densidad Industrial (6), Exportaciones per cápita (7) y Cartera per cápita. La ciudad colombiana con mayor calidad en los colegios de educación media fue Pasto y la de menor mortalidad infantil, Ibagué. Bogotá fue la de mejor situación en Ciencia y Tecnología, en Infraestructura y en Finanzas Privadas. Medellín se destacó en Finanzas Públicas y Fortaleza Económica; Tunja descolló en medio Ambiente, y Cúcuta y Cartagena en Internacionalización.
En la región caribe sólo es digno de destacar los grandes avances que se dieron en Barranquilla, para bajar el índice de Mortalidad Infantil, Santa Marta en desempeño fiscal y San Andrés en Medio Ambiente. De resto, encontramos a las ciudades caribeñas disputándose los últimos lugares en el ranking de competitividad colombiano. En lo que respecta a Valledupar, tuvimos un desempeño del 21.7% en materia de calidad de los colegios de secundaria, lejos del 44.6% obtenido por Pasto. Aquí la mortalidad infantil fue del 20,7 por mil por encima de la media nacional (14.7) y de la media caribe (17.0). En el factor Ciencia y Tecnología tenemos 0.23 grupos de investigaciones por cada 10.000 habitantes en contraste con Bogotá que tiene 2.81.  En cobertura de alcantarillado, nos fue aceptable, la capital del vallenato tiene 84.66% de cobertura contra un 98,09% de Bogotá. La tasa de mortalidad infantil por enfermedades infecciosas es de 0.16 que es alto si se compara con Tunja, Sincelejo y San Andrés que es de 0.0.  El índice de densidad industrial de Valledupar es de 0.003 superando sólo a Riohacha (0.001) y lejísimos de Medellín (1.589).
En fin, no es el propósito aburrir con las frías estadísticas. Lo que es necesario resaltar es que en materia de competitividad el Caribe Colombiano, está rezagado y dentro de él ciudades intermedias como Valledupar, Sincelejo, Montería y Riohacha son las que más contribuyen a obtener un panorama desalentador. La investigación se basa en datos del año 2008.
En la recta final de la actual campaña electoral que definirá nuevos mandatarios departamentales y municipales, el estudio de competitividad del Observatorio del Caribe Colombiano cae como anillo al dedo para aquellos candidatos que cimentan sus propuestas en un estudio riguroso de los problemas ciudadanos y de la manera de cómo otras ciudades y regiones los han superado de manera exitosa. Es allí donde debería centrarse el debate electoral y no en la proliferación de toda una parafernalia de mensajes publicitarios tan vacíos como avasallantes y costosos, y que cualquier elector que tenga alguna dosis de sentido común, se hace la siguiente pregunta: ¿Cómo piensan recuperar los cientos de millones que se gastan en el período electoral, si el sueldo de un concejal, diputado, alcalde, o gobernador de una ciudad intermedia, por ejemplo, no supera los 10 millones de pesos mensuales? Averígüelo Vargas, como dicen por ahí.

raubermar@yahoo.com

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