Se acerca el momento en que los ciudadanos elijan a quién será su mandatario Departamental y Municipal. Faltan cinco días y muchos se estarán preguntando cuáles son las cualidades que debe tener el nuevo mandatario. Al respecto, no existe una formula mágica, y ha hecho carrera en esta sociedad convulsionada, que un mandatario debe ser: honesto, ético, transparente, sin embargo, todas estas condiciones son inherentes al deber ser del ser humano.
Preferimos desde esta tribuna, plantear cuáles son las competencias y habilidades más importante que debe tener o desarrollar un dirigente para ser gobernante, llámese Alcalde o Gobernador. En estas condiciones el Gobernante debe:
1. Tener una extraordinaria capacidad de comprensión e integración del entorno en el sistema de toma de decisiones, identificando bien los problemas comunes, anticipándose a ellos en la medida de lo posible, y contribuyendo a formular las políticas internas y externas que movilizan a la organización e impactan en la ciudadanía, y usando las modernas fórmulas de participación ciudadana presencial y tecnológica.
2. Disponer de visión estratégica (una mirada a medio y largo plazo) y capacidad de gobernar desde una posición multinivel que se pueda adaptar al entorno cambiante, creando coaliciones de interesados, para lograr metas comunes al estilo de la gobernanza.
3. Ser líderes organizacionales, pero especialmente del ámbito de decisión que les ocupa, tomando la iniciativa en respuesta a las nuevas realidades y demandas de la sociedad.
4. Formular bien los objetivos y las prioridades de acuerdo al plan de desarrollo, la misión de la organización y los datos de contexto, alineando las metas organizacionales y las expectativas de los ciudadanos, diseñar políticas públicas, consistentes y sostenibles, impulsar su evaluación y rendir cuentas.
5. Comunicar de forma efectiva, hacia los empleados, ciudadanos y otros grupos de interés.
6.Impulsar la innovación y traer nuevas ideas y soluciones a la administración pública, por lo que debe tener predisposición, entre otras cosas, a aprender de forma continua.
Los gobernantes, en uso de esas anteriores capacidades, podrán seleccionar y dirigir equipos profesionales, creadores de valor público, implementando o profundización, según el caso, la dirección pública profesional. Deberá integrar y empoderar personas con suficiente trayectoria en gestión pública, alta formación y conocimiento experto de la materia, con acreditación competencial suficiente.
Con directivos públicos profesionales con habilidades certificadas y gobernantes con las competencias descritas, la maquinaria del estado, debe funcionar realmente como necesitamos.