Durante los últimos días, los políticos colombianos han dinamizado el panorama electoral y poco a poco se va armando el tablero final que pondrá todas las piezas en su lugar. Aún falta mucho tiempo, no se han destapado todas las cartas, sin embargo, los movimientos en las coaliciones, las nuevas precandidaturas y las alianzas, hacen que desde ya se empiecen a vislumbrar los posibles escenarios para las elecciones a Congreso y Presidencia.
Lo primero que debemos resaltar es la cantidad de precandidaturas existentes a la fecha para llegar a la Casa de Nariño. Son aproximadamente 30 las y los aspirantes a la Presidencia de Colombia, un número nunca antes visto en nuestra historia política. La pluralidad de opciones hace prever una amplia participación ciudadana; ahora sí hay de todo y para todos los gustos. Aunque bien sabemos que eso se va a decantar y que, en el momento estratégico, algunos se desmontarán e irán a engrosar los equipos de los más opcionados.
Las tres vertientes políticas –izquierda, centro y derecha- tratarán de agruparse lo más que puedan para así buscar la votación que les permita: primero, meterse en segunda vuelta y después ganar. Bajo esta premisa analicemos cómo están organizándose los partidos, las coaliciones y los candidatos.
La derecha tiene hoy dos facciones marcadas, una en la que se encuentran los denominados “exalcaldes”, ellos están haciendo campaña con un discurso muy estratégico, alejándose de la figura de Uribe y tratando de mostrarse como los ejecutores que Colombia necesita. En este sector de la derecha, quien hoy se encuentra con mayores opciones para llegar a dar la pelea es el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez, a quien se le ha visto visitando ciudades y marcando en las encuestas.
La otra facción es un poco más radical, los precandidatos Maria Fernanda Cabal y Oscar Iván Zuluaga son dos alfiles sobrevivientes de un uribismo desgastado e impopular. Con un discurso más agresivo, férreos en sus posturas tradicionales y seduciendo a las bases de su partido están haciendo una campaña que, desde ya, parece no tener un final feliz. Existe un hilo que une a ambas facciones de la derecha y es la desmarcada tan notoria que han tenido del actual presidente Duque; en épocas electorales la lealtad no es un valor muy usual y estos candidatos que, dicho sea de paso, lo ayudaron a llegar al poder hoy no lo quieren ni ver, ninguno de ellos quiere salir en la foto con el presidente más impopular en la historia de Colombia.
El centro se encuentra consolidando la llamada Coalición de la Esperanza, un espacio en el que se ven precandidatos con mucha experiencia y bagaje en lo público. Nadie en Colombia puede desconocer la preponderancia de figuras como: De la Calle, Fajardo, Robledo, Cristo, Galán y, al parecer, si todo sucede como lo esperan, en un futuro se unirán Alejando Gaviria, Ingrid Betancur y todo el Partido Verde.
Sobre esto último, cabe resaltar la importancia de una carta firmada por Navarro Wolf y Antanas Mockus en la que manifiestan la necesidad de seguir construyendo en el centro, alejados de la izquierda que ya lleva su propio proceso y animan a que su partido se vuelque a jugársela en primera vuelta con el candidato elegido por la Coalición de la esperanza.
Una manifestación pública crucial en medio de discusiones internas en el partido. Esta coalición irá con lista única al Congreso de la república y hará la consulta interna en marzo, donde se definirá el candidato que abanderará las ideas del centro. En este sector, el precandidato que se muestra con mayor fuerza popular es el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, quien según las últimas encuestas se mantiene en la segunda posición, tiene una organización muy fuerte en los territorios y goza de una imagen favorable ante la opinión pública.
En los últimos días lo responsabilizaron fiscalmente en el proceso de Hidroituango, a lo cual manifestó que sigue manteniendo el respeto por las instituciones y se va a defender en derecho. Sobre este tema se pronunció María Jimena Duzán y reveló “oscuras intenciones” por parte de este órgano de control para sacar a Fajardo de la contienda electoral.
Por último, la izquierda colombiana cuenta con el Pacto Histórico liderado por el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, a quien se le ha visto usando una estrategia de campaña muy parecida a la que usó en las pasadas elecciones: visitando plazas públicas y atacando fuertemente a la institucionalidad a través de sus redes sociales.
Al igual que la Coalición de la esperanza, el Pacto Histórico irá a consulta en marzo en donde Petro hábilmente querrá hacerse contar y dará un golpe de opinión en una elección interna que ya tiene ganada. Para Petro, el reconocimiento de la personería jurídica a la Colombia Humana representa una victoria política y una oportunidad para mostrarse como un verdadero líder de partido, tarea para nada fácil.
El Pacto Histórico ha recibido adhesiones importantes por grupos indígenas, sin embargo, también ha recibido ataques por aliarse con personas de dudosa reputación como Benedetti y Roy Barreras, dos políticos tradicionales que al ver como moría el partido de la U tocaron la puerta y ella les fue abierta con la venia de Gustavo. Este grupo político llevará lista única y cerrada a las elecciones al Congreso de la república.
Existe un cuarto lote de políticos que no se identifican con coaliciones y manifiestan ir solos a primera vuelta, ellos son: el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, y los exministros de Santos, Juan Carlos Echeverri y Mauricio Cárdenas, a los que, a la fecha, no se les ve intenciones de hacer alianzas y se los ve trabajando en sus propias campañas, por lo menos, hasta la primera vuelta. Querrán contarse, veremos qué pasa.
La política es dinámica y seguramente con el paso del tiempo se irá moviendo el panorama, por lo pronto vemos: una pluralidad de candidatos, movimientos en las coaliciones y un sinfín de cosas que van pasando en el día a día. Lo anterior nos permite inferir que estamos ad portas de una de las elecciones más apasionantes en la historia de Colombia.