Empresarios destacados por la Cámara de Comercio de Valledupar en la X gala ‘Julio Villazón Baquero’ dieron a conocer los aspectos que consideran los destacan de los demás, sus tips para hacer empresa en la capital del Cesar, cómo hicieron para salir adelante en medio de la pandemia, sus desafíos y recomendaciones a aquellos que inician una idea de negocio.
GASTRONOMÍA
Ricardo Celedón junto con Mario Henao y Julio Oñate recibieron la exaltación de Mérito Comercial y de Servicios por el restaurante Varadero. “Cuando montamos el restaurante lo hicimos con un concepto diferente: música en vivo, decoración cubana, comida nueva y atención especial, lo que hizo que iniciara con ‘pie derecho’. Nosotros no solo vendemos comida, sino experiencia en medio de un ambiente diferente”, aseguró Celedón.
La aparición de una pandemia fue muy difícil para esta empresa. “Duramos cerrados un mes, luego abrimos para trabajar por domicilio, pero con una nómina reducida (de 25 a 6 personas); nos tocó resolver costos fijos como arriendos y servicios. Las ventas no fueron buenas, generamos perdidas por dos meses, por lo que hicimos arreglos con los proveedores y conseguimos créditos en bancos. El mes pasado abrimos a los clientes, nos ha ido bien, no excelente, pero no me puedo quejar; tenemos 16 empleados de 25. Aspiramos en diciembre contratarlos a todos”, aseguró el empresario que visiona remodelar el lugar para brindarles un nuevo ‘plus’ a sus clientes.
MODA
El diseñador Darío Valencia, quien recibió el galardón de Microempresario del Año, considera que para hacer empresa es necesario el compromiso del equipo de trabajo. Al respecto expresó: “Uno triunfa al lado de alguien. En mi caso mi hermana me montó mi local como negocio sólido y la gente que trabaja conmigo es pieza clave, por eso es que me esfuerzo en que ellos construyan a mi lado y de darles siempre mi respaldo”.
Al hacer una retrospectiva de los desafíos que le ha tocado afrontar asegura que la pandemia ha sido el mayor. “La ropa que creo es ideal para ocasiones especiales, estaba diseñada para una mujer más coqueta, que salía a eventos; ahora las féminas tienen media cara tapada y salen a pocos eventos, por lo que cambió sus atuendos. Pese a eso no he dejado de hacer moda, sino que he innovado frente a la nueva realidad. Las ventas han caído un 80 % respecto al 2019, por lo que el reto es mantenerse en medio de la incertidumbre de qué pasará luego, pero con la ilusión de que vuelva la normalidad”, manifestó, dando a conocer que se ha apoyado mucho en redes, en la página web y en figuras públicas, logrando comercializar a otros países como Estados Unidos y Panamá.
A las personas que empiezan a hacer empresa, Valencia les recomienda que tengan metas y sueños claros, que luchen por ellos todos los días, teniendo presente que el que persevera alcanza. Asimismo exhorta aliarse con un buen equipo, saber liderar, creer en lo que se hace e imprimirle amor al trabajo.
BELLEZA
Por su parte, la cosmetóloga-cosmiatra Karen Guerrero Calderón, quien fue reconocida como la Afiliada del Año, plantea que trabajar responsablemente y la capacitación constante con miras a ofrecer un mejor servicio a las personas es fundamental en su ejercicio para que el cliente quede satisfecho.
“Hacer empresa en Valledupar es trabajar siempre de la mano de Dios, quien nos guía. Se debe trabajar en equipo para salir adelante, con cimientos sólidos, innovar y presentar cosas diferentes al resto de los demás”, recalcó.
Para ella su desafío más grande es mantenerse después de los meses de confinamiento porque pese a que hay trabajo luchan con la competencia ilegal. Aseguró: “En medio de la pandemia tuvimos que reforzar nuestros protocolos de bioseguridad. Duramos tres meses y medio sin atender público porque no podíamos abrir, lo que nos significaron pérdidas y es la hora y no hemos podido estabilizarnos como en años anteriores porque en muchas personas todavía está el temor de ir a las estéticas”.
C0NSTRUCCIÓN
Rubén Carvajal, a quien catalogaron como Empresario del Año con la constructora Carvajal y Soto, considera que la constancia de dos personas vallenatas (Jaime Soto Guerra, fallecido) que se centraron en servirle a la ciudad y a generar empleo, sumado a una buena calidad en las obras, cumplimiento en los tiempos estipulados; la puntualidad en los pagos de la mano de obra, de los proveedores y de los créditos, es lo que les da credibilidad y posicionamiento en la región.
“Éramos dos vecinos que nos reuníamos y siempre decíamos ¿cuándo vamos a hacer dos casitas juntos? Hasta que creamos la sociedad y empezamos a construir no dos sino 500 casas que fue Álamos 2, desde allí empezamos. Para construir empresa se necesita ahínco, responsabilidad y seriedad. Hay que tener en la mente que se debe trabajar de lunes a domingo para crecer cada día”, subrayó.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
annelise.barriga@elpilon.com.co