Recientemente, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, anunció que el precio de la gasolina tendrá un aumento de 200 pesos cada mes y comenzaría en el mes de octubre. Según esta cartera, el principal objetivo es la reducción del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que a la fecha ya suma $24,7 billones.
Frente a esto, algunos economistas del Cesar creen que, si bien es una decisión pertinente, deben articularse políticas desde lo local para reducir el impacto en sectores como la movilidad y alimentos.
“Es una medida necesaria, en función de salvaguardar las finanzas del Estado porque el déficit que se está teniendo por el subsidio a la gasolina es creciente y amenaza a la sostenibilidad en el corto y mediano plazo. La medida impactará en muchas de las personas que se movilizan en la ciudad y en la región y podría tener efectos en el transporte público formal e informal y en la posible alza de algunos alimentos. Habrá que compensar con políticas, desde lo local, esta decisión de ir eliminando paulatinamente el subsidio a la gasolina”, dijo Raúl Villegas, economista cesarense.
Entre los miembros de la comunidad, las opiniones están divididas. Mientras algunos consideran que el alza a la gasolina está dentro de los límites normales, otros creen que tendrá consecuencias notorias en la movilidad.
“La decisión podría afectar varias esferas de la cadena productiva. Sin embargo, que sean 200 pesos, está normal, no le hace mella a uno”, apunta Normando García, conductor de vehículo público informal.
A su vez, Jairo Donado, empleado en una estación de servicio de Valledupar, afirma que “con el alza en el precio de la gasolina, habría un incremento en las tarifas del sistema de servicio público. El taxista tiene que aumentar el ingreso para el consumo del vehículo, lo mismo el mototaxista y el domiciliario”.
Otros economistas señalan que mientras no haya un alza en el precio del ACPM, el sector de los alimentos no resultaría tan afectado.
“El alza de la gasolina es gradual para que el efecto no se sienta mucho. Por ahora, el precio del ACPM no va a subir, que es lo que más impacta al bolsillo del consumidor; es el combustible relacionado con el transporte de alimentos y de insumos, aunque también se da el transporte de alimentos en vehículos que utilizan gasolina. Es insostenible seguir manteniendo ese subsidio, el déficit fiscal es de más de 80 billones”, puntualiza José Luis Arredondo, economista de La Guajira.
ALEXANDER GUTIÉRREZ/ EL PILÓN