La Universidad Nacional, sede De La Paz, es por fin una realidad a nivel de infraestructura. La obra tardó cuatro años y 10 meses para construirse por parte de la Gobernación del Cesar, entidad que ya comenzó a entregarla a una comisión especial que envió la rectora Dolly Montoya Castaño desde Bogotá.
El contrato de ejecución, con más traspiés que éxito, fue puesto en marcha desde el 23 de agosto de 2013, con un plazo de terminación inicial de 18 meses establecido por el gobierno de Luis Alberto Monsalvo Gnecco. Como es de conocimiento, lo pactado con la Unión Temporal Uninal Cesar, integrada por JV Ingenieria Ltda, Vera Construcciones Sucursal Colombia y Benjamín Tomás Herrera Amaya, no se cumplió.
En un elefante blanco estuvo a punto de transformarse el proyecto financiado con recursos del Sistema General de Regalías del departamento del Cesar, cuyo objeto era la “construcción del campus Cesar Universidad Nacional de Colombia, ubicado en el municipio de La Paz”, por un valor primario de $38.388.365.865; contrato cuya interventoría técnica, administrativa y financiera estuvo a cargo de la Universidad Nacional de Colombia.
Con la salida de Luis Alberto Monsalvo, el gobernador Francisco Ovalle Angarita encontró el proyecto con un 17 % de avance a falta de terminar las áreas de laboratorios, biblioteca y espacios urbanos. Los puntos críticos, según conoció EL PILÓN, se presentaron a partir de un desorden administrativo al interior de la contratista, a quien finalmente no le quitaron la obra, pero sí el manejo de recursos y destinación. Dicho proceso comenzó en noviembre de 2017 y en solo siete meses, la Secretaría de Infraestructura Departamental avanzó en el cronograma acordado para entregar este martes 3 de julio, cuando se cumpliría la octava y última prórroga, según concepto de la Contraloría General de la República.
“La obra tuvo algunas dificultades y cuando llega el gobernador Francisco Ovalle Angarita, quien le da continuidad al proyecto, se saca adelante. El contrato se vence la próxima semana (martes) y desde el lunes anterior se inició la entrega formal a la universidad; esta semana se hizo un primer recorrido por las instalaciones con una comitiva que nombró la rectora para el recibo, con la interventora que es de la misma Universidad Nacional, contratista y supervisión de la Gobernación, que es la Secretaría de Infraestructura”, aclaró el secretario de Infraestructura, Federico Martínez Daza.
El recorrido contó con presencia de la veeduría ciudadana, que en su momento nombró el contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón, buscando la efectividad en el proceso.
“En los próximos 15 días vamos a reparar o atender los detalles que arrojó el balance de recibimiento, y a final de julio o la primera semana de agosto será la segunda visita para corroborar que se corrigieron los detalles, se atendieron, y deben quedar en manos de la Universidad Nacional el poder o custodia de los edificios”, recalcó Federico Martínez.
Los detalles a corregir por parte del contratista son: resanar pinturas, alinear cajillas eléctricas, cambiar vidrios dilatados o rotos, corregir goteras en dos de las 26 aulas construidas, reparar losas que se dilataron en algunos senderos peatonales, entre otros.
“No es nada que comprometerá el programa que tenemos de entrega”, dijo el secretario de Infraestructura, quien consideró al edificio de la biblioteca como uno de los más difíciles en cumplir.
“Fue el edificio más crítico que tuvimos en su momento; es una biblioteca grande, en un segundo piso, apoyada sobre dos grandes columnas y tiene más de 80 metros (de largo), toda en estructura metálica, prácticamente está en al aire, a su alrededor solo hay vidrios, tiene un sistema de acondicionamiento de aire especial para que sea más eficiente y así se convirtió en la que más nos costó. La estructura metálica era muy especializada, no la había en la zona y tocó traerla de Bogotá, también el mismo equipo soldador”, recalcó Martínez Daza.
Como especial, la sede De La Paz fue direccionada a ser un modelo para el uso eficiente de los recursos naturales como el aire, el agua y la energía. Por ejemplo, la cubierta es verde y la estructura está orientada de tal manera que los vientos que corren desde la Sierra Nevada de Santa Marta hacia la Serranía de Perijá pasen cruzados en una sola línea y sentido, así dándole ventilación a todos los espacios creados. Finalmente, un lago natural servirá para el alimento de la flora y fauna de la región. Tiene una planta propia de tratamiento de agua potable, así como una línea directa para las aguas residuales que son vertidas a la planta de tratamiento del municipio de La Paz.
“Lo que hicimos fue prácticamente intervenir al contratista, coloqué una supervisión cien por ciento de la Gobernación, la presencia mía fue bastante alta, todos los días estaba de 7:00 a 11:00 de la mañana, contamos con el acompañamiento de la interventoría y la veeduría, así que en el buen sentido de la palabra acosamos al contratista, ajustamos las tuercas, y eso logró que el proyecto saliera adelante. No fue fácil, pero lo importante es que el proyecto hoy podemos decir está terminado, ya tenemos universidad”, puntualizó Federico Martínez Daza.
Este medio de comunicación conoció además que la rectora Dolly Montoya Castaño pidió que se abrieran los procesos de contratación para dotación y mobiliarios, como el cerramiento del campus y la contratación del personal docente.
La intención de la Gobernación del Cesar es que para el segundo semestre del 2018 la Universidad Nacional ponga en funcionamiento su nueva sede, especialmente con un curso para capacitar a jóvenes de la región que presentarán el examen de admisión de cara al 2019.