A través del Artículo 14 de la Ley 115 de 1994 y demás normas pertinentes, se definió que la educación sexual será impartida de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad. Asimismo se estableció que la cátedra de Educación Sexual fuera obligatoria en la enseñanza media y superior, tanto para colegios públicos como privados.
Pues bien, esta norma fue demandada ante la Corte Constitucional por el ciudadano Carlos Arturo Saavedra señalándola de ser discriminatoria, pues según él, la educación sexual también debe impartirse, de manera obligatoria, en el grado de preescolar y primaria. La Corte Constitucional en fallo bastante reñido, decidió dejar las cosas tal como están, es decir, que la catedra sexual sea obligatoria en la secundaria y en el nivel superior.
Ahora bien, el que no sea obligatoria, no quiere decir, que mediante modelos pedagógicos transversales, se pueda brindar, sin ningún problema, información sexual seria, responsable y adecuada, a los educandos que contribuya con su proceso de desarrollo en el área psíquica, física y afectiva. Otro aspecto fundamental, es la formación que en casa los padres brinden a sus hijos. Pues se observa que la formación sexual, se está delegando en los planteles educativos, cuando es una responsabilidad que le concierne a la familia. Pues así lo dispone el Código de la Infancia y la Adolescencia, cuando en su Artículo 39 numeral 6° y 10° establece que es obligación de la familia formarlos, orientarlos y estimularlos en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades y en el desarrollo de su autonomía; y es también su obligación, promover el ejercicio responsable de sus derechos sexuales y reproductivos y colaborar con la escuela en la educación de estos temas.
Pero volviendo al fallo de la Corte, triunfó la tesis que sostiene el Procurador Ordoñez Maldonado en el sentido de que la obligatoriedad de esta cátedra en el grado de Preescolar y Primaria, generaría consecuencias indeseables como el incentivo a la curiosidad hacia conductas sexuales y aceleraría de manera inconveniente el inicio de la vida sexual de niños y adolescentes.
Así las cosas, lo deseable es que los padres asuman responsablemente su papel, y dialoguen abiertamente del tema sexual con sus hijos, de acuerdo con su edad, pues con ello se mitigaría en buena parte, la triste historia de muchas adolescentes que han quedado embarazadas a temprana edad y manifiestan: “Doctor, es que yo nunca pensé que se podía quedar embarazada con una sola relación sexual”.
Insisto. La responsabilidad en esta materia es de la familia, pues los colegios son apenas un refuerzo de la formación que como padres brindemos a nuestros hijos en el seno de la familia.