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Colombia y un segundo gobierno de Barack Obama

Luego de una larga expectativa mundial, Estados Unidos reeligió al demócrata Barack Obama, en lugar de probar con el republicano, Mitt Romney, en un particular y complicado sistema electoral donde la voluntad popular puede no coincidir con la de los Estados miembros de la confederación.
Más allá de un hecho político, de trascendencia mundial, el triunfo de Obama representa un suceso cultural en una sociedad que camina al pluriculturalismo y  multiétnico, a pasos agigantados.
En efecto, Obama es un hombre de ideas liberales, hecho a pulso y producto de esa sociedad abierta y democrática que es Estados Unidos. Es un abogado de 51 años, de origen Keniano, su padre era africano. Estudió derecho en la Universidad de Harvard, luego fue profesor de derecho constitucional y ciencias políticas, y un exitoso abogado litigante. Fue dos veces senador de la República.
Es un hombre sencillo que practica el Basquetbol, cristiano aunque su padre era musulmán. Casado, con la abogada Michell Robinson, con quien tiene dos hijas. En 2009 recibió el Premio Nobel de Paz por sus gestiones en política exterior.
Fue el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos y también el primero en ser reelegido. El apoyo de los afroamericanos y de los latinos fue fundamental en su triunfo.
En Estados Unidos, a diferencia de otros países, la ideología de los partidos políticos representa una especie de filosofía de vida. Los norteamericanos han optado por las ideas liberales y por darle un voto de confianza a Obama, para que siga la tarea emprendida.
No obstante, es compleja la agenda interna y externa que le espera al reelegido presidente. En primer lugar, el problema fiscal que es un reto de política económica, así se trate de la Nación más rica y poderosa del mundo. La deuda es grande y hay que hacer un gran ajuste fiscal: aumentar impuestos y recortar gastos, y eso tiene sus costos políticos.
Además, está el tema de la crisis de Europa, en la cual Estados Unidos está llamado a jugar un papel clave, de allí la alegría en varios países del viejo continente por el triunfo de Obama, que fue visto como un aliado más confiable para salir de la crisis, que Romney.
En cuanto a las relaciones con América Latina,  los temas de seguridad continental, terrorismo, narcotráfico, comercio, democracia y derechos humanos son los principales en la agenda de Obama con la región. Hay que advertir que los temas de política internacional no fueron los centrales en la campaña.
Por el contrario, consideramos que América Latina mereció poca importancia durante la campaña.  Por encima de América Latina estuvieron la crisis económica de Europa y la situación del Medio Oriente.
En el caso de Colombia, en particular, el problema del narcotráfico, la puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) y el proceso de paz con las FARC, que se inicia en siete días, en La Habana, Cuba, son los principales temas de la agenda entre Bogotá y  Washington.
Es un punto a favor que Obama haya visitado Colombia, en abril de este año, cuando llegó a Cartagena a la Cumbre de las Américas, fue recibido y atendido por Santos, y pudo hablar directa y personalmente con varios mandatarios de la región.
Ojalá, en este gobierno, Obama le preste más importancia a la región, más allá de los temas mencionados y se le tenga como socia y no como súbdita. Lo mismo aplica para Colombia, a pesar de ser un país amigo por tradición bipartidista con esa importante nación, quisiéramos un trato más recíproco, mayor atención y un tratamiento de socio y aliado, como en efecto el país lo ha sido.  No obstante, no hay esperar muchas sorpresas y lo más probable es una continuidad en las relaciones de ambas naciones, principalmente en los temas antes señalados.

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